sábado, 27 de agosto de 2011

Cap. 6 "Obsesionados con el sexo"

En el capítulo anterior...



G- ¿Vas a decirme qué te pasa?

Iero se quedó quieto mirándole.

F- ¿Por qué lo dices? No me pasa nada. -Se hizo el desentendido y sonrió, pero esa sonrisa no llegó a sus ojos.

G- Vamos, sé cuándo te atormenta algo y ahora mismo no estás bien. -Le miraba seriamente, mostrándole su preocupación.

Frank soltó un largo suspiro y bajó la mirada a sus manos apoyadas en el lavabo.

F- Todo estaba bien. ¿Por qué cojones tuvo que venir a verme? -Preguntó en voz baja para sí mismo, como si estuviese solo, y le dio un puñetazo a la pared cercana al espejo.





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Capitulo 6:






Viernes.

La semana había pasado lenta y sofocante para los chicos, que no veían el momento de que llegase el fin de semana para desconectar de los libros, las clases y los "benditos" profesores que todos los días les daban el coñazo.

*Narra Frank*

Por fin habían acabado las malditas clases. Me despedí de los chicos y fui caminando a mi casa acompañado por Gerard, que vivía en la misma dirección.

Cuando nuestros caminos se separaron, nos despedimos y quedamos en hablar al día siguiente para hacer algo, pues yo no había dormido demasiado bien y no tenía ganas de salir esa tarde.

Tenía la extraña sensación de que algo malo pasaría, y esa fue la razón por la que apenas pude pegar ojo.

Me dirigí a casa, abrí la puerta con mi llave y saludé a quien estuviese dentro con una voz. Me disponía a dirigirme a mi habitación y tirarme en la cama cuando escuché la voz de mi madre llamarme desde el salón.

Entré y allí estaba ella. Pero no estaba sola.

F- ¿Qué quieres ma... ¿Qué haces tú aquí? -Pregunté con veneno en la voz.

Linda- Hijo, esa no es forma de tratar a los invitados. -Me regañó.

F- Mamá, ¿qué mierda hace ella aquí?

Linda- ¡Frank Anthony Thomas Iero Pricolo! ¡Te he dicho que no trates así a las visitas!

-Hola Frankie, ¿qué tal estás?

F- No me llames así, perdiste ese derecho hace mucho tiempo. -Le dediqué una mirada de odio.

Linda- Anthony, o te comportas como el chico educado que eres o te vas a enterar. Siéntate.

Hice lo que mi madre me pedía y me senté lo más lejos que pudé de mi "visita".

Linda- Perdónale, querida. ¿Y cuánto tiempo estarás en Jersey?

-Sólo el fin de semana. He venido a arreglar unos papeles y me vuelvo a Nueva York. Tengo que ir ahora a coger alguna habitación en un hotel....

No sé qué pintaba ella en mi casa y mucho menos por qué tenía que estar yo ahí, escuchando algo que no me interesaba lo más mínimo.

Linda- ¡Ah, no, no! ¡Ni pensarlo! Te quedarás aquí estos días.

En cuanto mi madre pronunció estas palabras la miré como si estuviese loca. Y es que realmente debía de estarlo, porque si no, no entiendo en qué mierda pensaba para proponerle eso.

-No creo que Frank quiera que yo... -Ella me miraba esperando mi respuesta. Yo solo sentía que mi cabreo aumentaba más y más.

Linda- Me da igual lo que Frank quiera o no quiera. Aquí mando yo y tú no vas a ir a ningún hotel pudiendo quedarte aquí.

F- ¡No! ¡Me niego a que ésta se quede con nosotros! No quiero compartir con ella más del tiempo puramente necesario... -Grité alterado.

¿Por qué cojones no entendía mi punto de vista?

-En serio, no quiero molestar.

Linda- ¡He dicho que se queda, y se queda!

Mi madre se levantó de su asiento y se fue echa una furia del salón.

-Frank, lo siento, yo no quería...

F- Cállate, no te atrevas a dirigirme la mirada siquiera. -Ella bajó la vista y la fijó en sus pies- ¿Por qué cojones has venido? Ya estuviste aquí la semana pasada. ¿Por qué has vuelto?

- Yo... La verdad es que no tengo que arreglar nada, sólo quería verte. -Hizo una pausa, de nuevo esperando que yo dijese algo, pero no abrí la boca. Levantó la vista y la fijó de nuevo en mí- Frank. Frankie, te echo mucho de menos. Siento todo lo que pasó y...

F- ¡CÁLLATE! No quiero escucharte. Ha pasado mucho tiempo, todo iba bien y vienes aquí a joderme de nuevo. -Me levanté soltando humo por las orejas. No podía creer lo que escuchaba.

-Pequeño, escúchame. De verdad, no sé por qué te dije aquellas cosas. Me da igual cómo seas. Yo te quiero de todas formas. A pesar de los años, te sigo queriendo. -Se levantó y se acercó a mí. Intentó poner su mano en mi mejilla pero me aparté.

F- ¡CIERRA LA PUTA BOCA! ¿No entiendes que no me interesa? Tú eres la persona que más daño me ha hecho en mi puta vida y no pienso perdonarte nunca. Yo te quise. Más que a nada. Pero ya no, y nunca podría volver a quererte. -Parecía que me habían dado cuerda, pero eran muchas cosas las que me guardé por años- Conseguiste que los chicos del colegio me pegasen, que mis amigos me dejasen de lado. Tuve que cambiarme de colegio y me pasé encerrado en mi cuarto casi dos meses. Tú me cambiaste completamente. Aunque en parte debería darte las gracias. Si no hubiese sido por ti, nunca habría conocido a los amigos que tengo ahora, que son amigos de verdad y no habría vivido tantas cosas como las que he vivido. -Sus ojos se aguaban con cada palabra que le dedicaba- Y nunca. Óyeme bien. NUNCA volvería contigo. Para mí estás muerta.

Y salí del salón dejándola sola, de rodillas en el suelo y llorando a mares. En ese momento llegaba mi madre de nuevo diciendo no se qué de que había preparado una habitación para ella. La vio y me dedicó unas cuantas palabras nada propias de ella junto con una mirada asesina.

Sin hacerla caso, me dirigí a la puerta y salí azotándola bien fuerte.

Eché a andar, andar y andar y cuando llegué a una calle que no conocía, me detuve por fin. De apoyé en una pared cualquiera y me dejé caer por ella hasta terminar sentado en el suelo.

Pasaron minutos, horas quizás y comenzó a llover. Y yo seguía ahí sentado, sin moverme un solo milímetro y los ojos fijos en un punto lejano, sin ver nada realmente.

-Frank, ¿eres tú?

No levanté la vista, seguí igual.

-Frank. Frank, reacciona joder. ¿Qué te pasa? -Me cogió del mentón y me hizo mirarle- ¿Qué ocurre, Frankie? Estás empapado.

F-Gee... ¿Puedo pasar el fin de semana en tu casa? No puedo volver a la mía...

G- Claro, enano, no hay problema. Venga, levántate y vamos al coche.

Me ayudó a levantarme, me pasó un brazo por la cintura y me guió hasta su coche, donde encendió la calefacción pues en algún momento que no recuerdo empecé a temblar.

Durante el camino nadie dijo nada. Llegamos a su casa y volvió a cogerme de la cintura para entrar y llevarme hasta su cuarto.

Una vez allí, me senté en la cama y Gerard me sacó algo de ropa. Me dijo que me cambiase y salió a buscar algo de ropa.

Pero no me moví. Mi cuerpo no reaccionaba por voluntad propia. Estaba como apagado y cuando volvió, yo seguía en la misma posición.

*Narrador normal*

Cuando Gerard regresó llevaba consigo una bandeja con algo de comida en ella. Al dejar la bandeja se giró hacia Frank y vio que seguía igual que cuando le dejó, así que se acercó a él, suspirando fuerte.

G- Frankie, te vas a enfermar si no te cambias de ropa.

Iero seguía ausente, con la mirada perdida en algún punto de la pared.

G- Venga, enano, te ayudo.

Gerard se arrodilló frente a él. Primero le sacó la cazadora de cuero negro y siguió con su camiseta del mismo color, cambiándosela por una sudadera seca con el logo de Batman. Después le quitó las Converse blancas y los calcetines, le desabrochó el jean y, levantándole de la cadera, se lo quitó, cambiándoselo por un pantalón de chándal que le quedaba grande, dejando al aire los huesos de su cadera.

Una vez que Frank estaba con la ropa seca, Way cogió las prendas mojadas y las tendió en la silla y donde pudo para que se secasen. Luego volvió donde Frank y le acarició la mejilla.

G- Frankie, ¿quieres hablar?

El aludido negó con la cabeza.

F- Sólo quiero dormir.

Era la primera vez desde que le encontró tirado en la calle que hablaba.

G- Está bien, échate aquí. -Le ayudó a deshacer la cama y meterse bajo la manta- Descansa, yo dormiré en el sofá. Llámame si necesitas algo.

Cuando iba a irse, Frank le agarró de la muñeca.

F- Gee, ¿puedes dormir conmigo?

Y ante esa voz rota y su mirada de súplica, Gerard no pudo negarse, simplemente asintió con la cabeza.
Se descalzó, se quitó la ropa hasta quedar sólo con su boxer azul a rayas y se metió bajo las tapas, de frente al menor. Éste se acercó a él y apoyó su cabeza contra su cuello.

Se mantuvieron un rato en silencio mientras Way le regalaba caricias en el brazo que lograron relajarle hasta dejarle casi dormido. Habló contra su piel.

F- Muchas gracias por todo, Gee. Te quiero y prometo contarte mañana.

G- No hay de qué, pequeño. Yo también te quiero.

Y después de ese momento sentimental, el primero desde que se conocieron, el menor cayó dormido y el mayor le siguió poco después.










Continuará...





2 comentarios:

  1. Oh dios mío, oh dios mío *--------------*
    Qué capítulo más bonito, triste, dulce, romántico e irresistible HGKDSFSF.
    Me encanta. Me encanta y lo sabes :)

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  2. DIOS, QUE HERMOSO!!!
    Jo, frank cuando se pone triste es amor *---*
    Ya se que de momento son sólo follamigos (LOL) Pero estoy deseando ver cuando se enamoran en serio x3 KYAAAAAAAAAAA XDD

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