viernes, 5 de diciembre de 2014

Hit me baby (ONHO) - Capítulo 15

CAPÍTULO 15: 

Los murmullos no tardaron en hacerse oir aunque Onew no estaba seguro de si eran reales porque sentía los oídos taponados, el cuerpo agarrotado y todos sus músculos tensos. 

Maldición, no quería vvir toda su vida escondido y fingiendo ser algo que no era, pero de ahí a salir del armario así, delante de todo el instituto, algunos profesores y sobre todo, delante de Minho... No, así no era como lo había planeado. 

Los murmullos dieron paso a silvidos, gritos y algunos abucheos. Los ojos de Onew recorrían todo el lugar con nerviosismo. Unos le seňalaban, otros tenian cara de asco o reian y algunos simplemente miraban curiosos, sin saberse muy bien qué pensaban sobre lo que habia pasado. 

Key se acercó rápidamente a su amigo, mirando alrededor con el ceňo fruncido y aire protector. Y Lay simplemente estaba alli, sin comprender muy bien qué habia pasado para causar esa sensación en todos. 

-¿Qué es lo que...? -Su pregunta susurrada quedó opacada por el comentario de uno de los compaňeros de equipo de Minho. 

-¿Veis? Ya os dije que era un maricón. ¡Si es que se ve de lejos! -Sus amigos rieron, todos excepto Minho. 

-Menos mal que dejaste de juntarte con él, tío. -Le habló otro a Minho y entonces la atención de Onew fue toda para el, esperando algún comentario cruel de su ex como la vez que dijo que no soportaba tenerle detrás todo el tiempo.

Pero eso no pasó. Los ojos de Minho estaban cargados de dolor y rencor y miraban directamente a Jinki. Se sostuvieron la mirada unos segundos eternos y finalmente el menor chasqueó la lengua, se dio la vuelta y se marchó sin decir nada. 

El ruido de los cotilleos regresó y Onew sintió una mano en su brazo. 

-Mejor vamonos de aquí rápido. -Sin soltarle, Key tiró de él y le guió hasta que poco a poco se alejaron del instituto, los tres en silencio hasta que finalmente Ley retomó su pregunta. 

-¿Pero qué ha pasado ahí? -Key detuvo bruscamente su camino y se paró frente a él- ¿Es que estás loco, Yixing? -Medio gritó, trayendo a Onew de vuelta a la realidad. Key agarró al menor de la camiseta que llevaba y comenzó a zarandearle- ¿No pensaste que podías buscarle un problema a Jinki? ¡¿Cómo le besas delante de todos?! 

-Kibum, déjale. -Le agarró de la muňeca y con algo de esfuerzo consiguió que le soltase. Suspiró- Supongo que tendré algún problema a partir de ahora pero no pasa nada... El problema son ellos, que deberian aceptar este tipo de cosas. No es tu culpa y antes o despues tenían que enterarse de que soy gay. -Le sonrió débilmente y Lay bajó la cabeza arrepentido.

-Lo siento mucho, Jinki, no pensé que fuera a pasar esto. A mi alrededor todos saben que me gustan los chicos y pensé que para ti seria igual pero la he liado. Acabamos de comenzar a salir y ya la he liado... -La mano de Onew bajo su barbilla le hizo alzar la mirada y verle. 

-Olvidalo, solo me has dado el empujón que necesitaba. -Otra sonrisa, esta más sincera, y Lay asintio con la cabeza sabiendo que su metedura de pata estaba perdonada. 

Lentamente el menor fue acercando su rostro al de Onew, quien le miraba mordiendose el labio y esperando el beso, aún haciéndosele raro ese tipo de confianza e intimidad con alguien que no fuese Minho. Y justo cuando sus labios estaban por tocarse, un carraspeo les interrumpió.

-Sigo aqui, ¿sabeis? -Key les miraba de brazos cruzados, moviendo un pie con impaciencia. Onew miró a otro lado ligeramente avergonzado y Lay le fulminó con la mirada.

-Hm, bueno chicos, yo me voy a casa. -Rompió el incómodo silencio que se había formado- Tengo que hacer algunas cosas. -Sonrió débilmente y Key le miró con sospecha. 

-¿Tan pronto? -Lay hizo un pucherito con los labios y suspiró cuando Onew asintió con la cabeza- De acuerdo, entonces hablamos después si quieres. 

Onew sonrió de nuevo en respuesta y Lay se estiró tratando de alcanzar los labios de su novio en un beso de despedida, pero el mayor giró su rostro levemente y solo pudo besarle la mejilla. Con una nueva despedida silenciosa, le dio una última mirada a Key y se marchó a su casa, dejando allí a un entristecido Lay y un suspicaz Key. 

Jinki caminaba hacia su casa cabizbajo, sujetando la correa de su mochila con una mano y la otra metida en el bolsillo. No sabía cómo serían las cosas en el instituto a partir de ahora y eso le preocupaba, pero a la vez sentía que se había quitado un peso de encima gracias a Yixing. 

Yixing... Las cosas con él iban bien, recién empezaban pero era un chico tan tierno, cariňoso y alegre que todo parecía sencillo con él. Sin embargo no era Minho y ese era básicamente el problema. 

En lo más profundo de si pecho había tenido la esperanza de que Minho le defendiese, se acercase y apartase a Lay de su lado y le diese un verdadero beso delante de todos. ¿Demasiado increíble? Si. 

Aún sentía los tibios labios de Yixing sobre los suyos y la mirada escrutadora de la gente en su nuca. O tal vez no era exactamente la mirada de la gente... 

Alguien le observaba desde el lateral de su casa. Alguien llamado Choi Minho. 

Onew se detuvo sorprendido antes de llegar a la puerta y Minho se acercó a él con pasos seguros, ya sin esa mirada de dolor que le había mostrado antes. 

-Minho, ¿qué haces aquí? -Preguntó el mayor cuando, una vez estaban uno frente a otro, el silencio les rodeó de forma incómoda. 

-Pensé que vendrías con tu nuevo novio. -Comentó con sequedad, a lo que Onew apartó la mirada hacia un lado- Sí que has cambiado en este poco tiempo, ¿eh? Ya van dos a los que te follas, mientras que antes de mi no hubo ninguno. -Jinki le miró con el ceňo fruncido. 

-Mira, si has venido a joderme ya puedes largarte. -Le dio la espalda y se dispuso a abrir la puerta, entrar en casa y escapar de esa visita. Minho bufó y respiró hondo.

-Vale, lo siento. -inmediatamente después aňadió- ¿Vas en serio con él? 

-A ti qué te importa. -Se cruzó de brazos aún sin mirarle. 

-Creo que todo esto es una tontería que se nos ha ido de las manos, Jinki... -Dio un paso hacia el mayor, sintiendo ese calor que tanto amaba, ese que desprendia Jinki, el cual tragó saliva con fuerza- ¿Qué tal si lo olvidamos todo y volvemos juntos? 

Onew se giró hacia él confundido, creyendo haber escuchado mal. 

-¿Q-qué? 

-Eso. Vuelve conmigo, Jinki... -Susurró, casi pegándose a su cuerpo. El mayor cerró los ojos, el aroma de Minho era embriagador y lo había echado mucho de menos. Pero la razón volvió a él y se apartó una zancada. 

-¿Estás de coňa? -No podía creerse lo que estaba pasando. Después de todo lo ocurrido simplemente se presentaba en su casa a decirle que si volvían- ¿Crees que solo con esto te perdonaré por todo lo que ha ocurrido? ¿Que volveremos como si nada hubiera pasado? ¿De nuevo a escondernos? Por si no te has dado cuenta, la gente del instituto ya sabe que soy gay, porque mi NOVIO -Hizo hincapié en la palabra- me ha besado delante de todos. Y tú tienes novia, ¿no? De hecho no tardaste ni dos días en buscarte un recambio. Pero dime, ¿te folla ella como lo hacía yo? Ah no, que no tiene polla. 

"Qué equivocado estás en todo, Jinki" pensó Minho. Estaba alucinando porque el mayor nunca hablaba así y escucharle le había dejado sin palabras. Al ver que no contestaba, Onew suspiró pesadamente y agitó la cabeza negando para si. 

-Mejor vete. No tienes nada que hacer aquí. -Finalmente abrió la puerta, entró en casa y cerró tras él, apoyando la espalda en la madera de la puerta y dejándose caer por ella hasta sentarse en el suelo, donde pasó gran parte de la tarde sin moverse, pensando en todo y en nada.

Minho se quedó fuera unos minutos, mirando la puerta fijamente y esperando que Onew volviese a abrirle, se abrazasen y todo se arreglara. Pero nada de eso pasó. Apretó los puňos a sus costados, se dio la vuelta y se marchó. 





Minho llegó al campo de futbol. Por primera vez en prácticamente toda su vida no le apetecía entrenar. Solo quería irse a casa, tumbarse en la cama y esperar a que todo se arreglase solo, aunque eso nunca pasase. 

Fue directo al vestuario, abrió su taquilla y sacó su bolsa de deporte para ponerse la equipación del entrenamiento. Estaba sentado en uno de los bancos atándose las zapatillas cuando llegaron dos de sus compaňeros.

-Ey, Minho. Has llegado pronto. -Saludó uno de ellos mientras abría su propia taquilla. Minho no respondió. 

-¿Qué pasa, que tu novia no te ha dado lo que querías y estás de mala leche? -Los chicos se echaron a reír y Minhó se abrochó la otra zapatilla.

-Ahora que lo dices, joder, vaya tía te has buscado. Está para hacérselo en todas las posturas posibles. Aunque con ese culo yo se lo haría desde atrás. -Los dos idiotas rieron de nuevo mientras hacían gestos obscenos y Minho no pudo aguantarlos más. Se levantó rápidamente pillándoles desprevenidos y, cogiendo al que había hecho el último comentario, le estampó contra las taquillas con un golpe seco. Se acercó a su rostro y susurró, amenazador. 

-Vuelve a hacer un comentario como ese y no podrás follarte a nadie más en tu vida porque te cortaré la polla. ¿Entendido? -El chico tragó saliva y el otro trató de romper el tenso momento con una broma- Y a ti te digo lo mismo, capullo. -Soltó a su compaňero de equipo dándole un nuevo golpe contra las taquillas y salió al campo de juego, echándose a correr alrededor para calentar y soltar algo de su enojo. 

Le había molestado mucho lo que habían dicho. Taemin siempre fue importante para él y no dejaría que nadie hiciese comentarios así sobre él, aunque no supiesen su verdadera identidad. Además, ya estaba de mala ostia consigo mismo y ellos solo habían hecho que pasase su límite. 

Mientras corría recordaba lo que le había dicho a Jinki. ¿En qué demonios estaba pensando? Había sido un verdadero gilipollas proponiéndole eso al mayor. Había sido tonto y egoísta pensar por un solo momento que aceptaría volver a lo de antes cuando sabía que odiaba que siemore tuviesen que mantener en secreto su relación y todo lo demás. Ademas es verdad que ya todo el mundo sabía que le iban los tíos así que de todas formas tampoco era una opción fingir que no era así.

Si no fuese por ese chico del oyuelo e la mejilla... Pensar en él le hacía hervir la sangre así que al fin comprendió lo mal qje debió pasarlo Jinki cuando él apareció con Taemin como su novia frente a todos. Dolía hasta el punto de sentir cómo su pecho se resquebrajaba y pequeňos pedazos caían a lo largo del campo de fútbol. 





Key jugueteaba con un lapiz entre sus dedos, con los codos apoyados en su escritorio y los deberes de literatura a medio hacer, pero no podía concentrarse. Frente a él estaba su corcho con fotos y justo frente a sus ojos la foto de "él". 

Después de encontrárselo recientemente, cada vez que se sentaba en ese lugar, lo único que podía hacer era mirar su foto, recordando todo lo que habían vivido y lo que había sentido. Casi se enamora de ese chico. CASI. No le dio tiempo y cuando ya estaba a punto de dar el paso, se separaron. Y ahora aparecía de nuevo en su vida. 

El sonido del móvil vibrando sobre la mesa de madera le asustó y le despertó de su ensoňación. Un mensaje. Hablando del rey de Roma. 

"Hola Kibum. Espero que aún tengas este número. Desde que nos vimos el otro día he estado pensando que deberíamos retomar el contacto. ¿Qué opinas? J."

Aún tenía su número guardado asi que aunque no hubiese firmado con su inicial, hubiese sabido quién era. Key se moridó el labio y tecleó. 

"Hola. Sigo teniendo el mismo número, sí. Yo también he estado pensando sobre eso y... No sé si será buena idea después de todo lo que pasó..."

El chico se llevó a la boca el dedo meňique de su mano y comenzó a mordisquearlo, tratando de concentarse en su trabajo pero en realidad a la espera de un nuevo mensaje, el cual no tardó en llegar.

"Lo pasado, pasado está. Podemos empezar de nuevos, como amigos. Me gustaría enseňarte unas canciones que he compuesto.

Un ligero sentimiento de decepción inundó su pecho al leer "amigos", pero no quiso pensar sobre el por qué de eso.

"Está bien. Me gustaría mucho oírlas, sabes que siempre me encantó cómo cantas."

"Pues si quieres quedamos este fin de semana y te las enseňo. ¿Vienes a mi casa?

El corazón de Key estaba como loco. Contestó y sin apenas pensarlo, lo envió. 

"Genial. Nos vemos el sábado en la tarde, ¿vale?

"Perfecto. Te espero :)

Y ahí terminó la corta y extraňa conversación por mensajes. 

Unos bichos extraňos revoloteaban en el estómago de Key por los nervios y la anticipación. Definitivamente, iría a clase sin los deberes hechos.



Continuará ...

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