Onew
y Key caminaban despacio para que el menor no tuviese muchos dolores y pudiese
llegar al menos hasta su casa y allí descansar. El mayor le tenía sujeto de la
cintura y Key pasaba un brazo sobre sus hombros para mantenerse erguido, sin
poder evitar muecas de dolor. Iban en completo silencio, cada uno pensando en
sus cosas.
Key
no sabía qué haría de ahora en adelante. Si esos que le habían dado la paliza
sabían que había tenido novio poco tiempo atrás entonces cualquiera podía
saberlo ya. No es que le importase, de hecho era algo que no escondía, pero en
el instituto era distinto porque sabía que no todos lo aceptarían y podría
pasarle algo como lo de esa mañana, porque era una lástima pero algunos de sus
compañeros habían heredado la mentalidad anticuada de sus padres, esa
mentalidad que la mayoría de los coreanos aún compartían y por la que no veían
bien la homosexualidad. Pero eso ya daba igual, ahora debían de saberlo todos,
lo que le preocupaba era Onew, siempre estaba con él o con las chicas (las
cuales no sabía si le seguirían hablando siquiera) y no quería meterle en
problemas. Darían por hecho que como iban juntos ambos eran gays y, aunque
fuese verdad, no quería meter a Jinki en ese lío.
Y
Onew… Onew pensaba en Minho, como llevaba haciendo los últimos días. No le
entendía, odiaba a Key pero sin embargo había sido capaz de ayudarle tras la
paliza, incluso le había llevado a casa, y todo sin pedir nada a cambio. Eso
era una de las cosas que le enamoró de él, daba igual lo que pensase de una
persona, si necesitaba ayuda le ayudaría tanto como le fuese posible. Cuando se
le encontró dormido en el salón con el abrigo por encima le causó tanta ternura
que se quedó mirándole minutos enteros, pensando que tal vez habían llegado
demasiado lejos, que había pensado mal de él y que podía aprovechar el momento
en el que le agradeciese por cuidar de su amigo para disculparse, pedir
clemencia y proponerle volver a ser novios. Pero poco después esa chica, Taeyeon,
apareció allí y se les veía muy cercanos y cómodos el uno con el otro,
enamorados. Así que se quitó esas ideas de la cabeza, lo había perdido, era
tarde para disculpas. Lo mejor sería dejarle tranquilo y seguir su camino sin
él.
-Es
raro que estés tan callado. –El mayor habló por fin cuando casi llegaban a la
casa de Key. Éste le miró de reojo y sonrió, o al menos lo intentó porque su
rostro dolía demasiado.
-Estaba
pensando. –Onew asintió con la cabeza.
-Oye,
¿puedo preguntarte quién te ha hecho esto? ¿Y por qué? –Key hizo una mueca, no
le apetecía hablar de eso ahora porque lo mismo si le explicaba por qué le
habían pegado Onew se asustaría por ser gay y tener que vivir entre esos
salvajes de mentalidad atrasada.
El
silencio fue la única respuesta de Key.
-Está
bien, no preguntaré más. Pero ya sabes que puedes contar conmigo para lo que
quieras. –Key volvió a sonreír.
-Lo
sé, gracias Jinki. –Se inclinó sobre él para besar su mejilla levemente y no hacerse
daño- Bueno y tú qué, también venías pensativo.
-Ah,
ya. –Se rascó la nuca y miró a otro lado- Minho, ya sabes. –Key rodó los ojos.
Aunque le hubiese ayudado no iba a caerle bien de repente cuando sabía todo lo
que sufría su amigo por su culpa.
-Supongo
que después de esto estarás pensando en ir corriendo a él y pedirle de rodillas
que vuelva contigo. –Hablaba mientras miraba al frente, con asco en cada
palabra.
-Eso
pensé al principio pero… -La vista de Key se volvió hacia él interesado- Creo
que está feliz con esa chica así que lo mejor será seguir con mi vida.
-¡¿En
serio?! – Medio gritó, emocionado.
Después
de acostarse con Onew y descubrir que realmente no sentía nada por él más que
amistad había estado pensando sobre el chico y una persona llegó a su mente,
alguien perfecto para Jinki, alguien que le trataría como de verdad se merecía.
Onew
asintió a su pregunta y Key sonrió de oreja a oreja, ignorando el dolor.
-¡Entonces
tengo que presentarte a alguien! –El mayor le miró con los ojos como platos.
-¿Qué?
No, no. –Negó con las manos frenéticamente- Acabo de terminar con él, no puedo
pensar en conocer a alguien más para…
-¿Quién
ha dicho nada de eso? Solo digo que quiero presentarte a alguien. No te vendría
mal ampliar tu número de amistades, no es como si tuvieses muchas… -Onew le
miró mal aunque en seguida relajó la mirada. El chico tenía razón- Hacemos una
cosa, yo te le presento y tú decides qué hacer con él, ¿de acuerdo?
-Kibum,
me lo dices como si fuese un objeto que intentas venderme.
-Tú
me has entendido. –Le quitó importancia con un gesto de la mano- ¿Qué dices?
Onew
lo pensó un momento. Era verdad que no le venía mal conocer gente nueva, solo
una nueva amistad, no tenía por qué haber otra intención.
-Está
bien, le conoceré. –Key detuvo el paso y dio unas palmaditas celebrando que
había aceptado, totalmente emocionado.
-Hablaré
hoy mismo con él, mañana os presento. –Y el resto del camino hasta su casa se
lo pasó ideando lo que harían al día siguiente. Incluso se le olvidaron los
dolores ocasionados por la paliza.
En
la tarde del día siguiente era cuando Key presentaría a Onew ese chico, pero
por la mañana primero tenía que hacer una visita al hospital porque se había
levantado con un dolor terrible de costillas y tenía miedo de que alguna
estuviese rota y el día anterior no se hubiese dado cuenta por ir medio drogado
con tantas pastillas.
Afortunadamente
después de una radiografía le confirmaron que no tenía nada roto, que
simplemente era por los moratones y la hinchazón y que en unos días se le
pasaría. Al menos dentro de lo que cabía era una buena noticia.
Pensando
en eso salió del hospital y se puso las gafas de sol. No es que hiciese mucho
pero al menos tapaban parte de los moratones de su cara que ni el maquillaje
pudo esconder.
Ahora
tenía que mandarle un mensaje a Onew, el pobre le había pedido con insistencia
que en cuanto saliese del médico le informase de cómo estaba así que iba
buscando el móvil en su bolso cuando chocó de frente con alguien.
Casi
llora de dolor con ese simple golpe, que por otra parte tampoco es que hubiese
sido muy fuerte pero su cuerpo hecho polvo se quejaba por todo.
Con
el ceño fruncido y el rostro crispado por el dolor se tapaba el pecho con los
brazos con la mirada baja. Una mano que no era suya se posó en su hombro.
-¡Perdona!
¡Lo siento muchísimo! ¿Te he hecho mucho daño? Oh Dios, iba tan distraído.
Perdón de verdad, dime que estás bien. Podemos entrar a que te miren si quieres
o… -Key alzó una mano para hacerle callar. Tanta palabra sin sentido le estaba
levantando dolor de cabeza y solo le faltaba eso.
Cogió
aire y se incorporó con cuidado.
-Está
bien, no ha sido culpa tuya, yo también iba sin prestar atención.
-¿Kibum?
–El aludido miró por fin a la persona con la que había chocado. Ese rostro… No
podía ser. Algo se removió en su interior, no sabría decir si para bien o para
mal.
-Jonghyun…
-Fue una mezcla entre suspiro y jadeo por la sorpresa de verle después de tanto
tiempo. El chico más bajo frente a él sonrió, una mezcla entre alegría por
volver a verle y tristeza por el pasado.
-Cuánto
tiempo…
Ninguno
de los dos sabía qué decir. Se miraron de arriba abajo. Lo que fuese que les
atrajo la vez anterior seguía estando ahí, algo hacía que estuviesen clavados
al suelo allí mismo y que ninguno siguiese su camino, pero no entendían qué era
ni por qué funcionaba así.
-¿Cómo
has estado, Jjong? –Mierda, no debió llamarle así. Así le decía cuando estaban
juntos y la cara del otro lo demostró al iluminarse recordando.
-Bien,
bueno, conseguí que una productora escuchase mis canciones y parece que le
gustaron. Dejé el instituto… Poco más. –Se encogió de hombros y Key no pudo
evitar sonreír ligeramente al escuchar la emoción en las palabras de Jonghyun.
Siempre quiso ser cantante y compositor y parecía que iba por buen camino.
-Me
alegro mucho, la verdad. –El más bajo le miró mordiéndose el labio y descubrió
las sombras moradas de su rostro. Alzó una mano para llevarla hasta él y pasar
los dedos suavemente por encima, cientos de descargas erizando la piel de Key
por ese simple roce.
-¿Te
ha pasado algo? ¿Te has golpeado? –Key rápidamente retiró la mano del rubio y
negó.
-Nada
importante, tranquilo. –Giró el rostro intentando que dejase de mirarlo cuando
de repente el móvil del rubio comienza a sonar distrayéndole.
-Perdona.
–Key hizo un gesto para indicarle que no pasaba nada y Jonghyun respondió- Sí,
claro. ¿Mi ayuda? Mm… Bueno, puedo pasarme un rato. ¿Qué? No, no tengo tanto
tiempo. Vale, pero solo por ser tú. Sabes que no puedo negarte nada. Sí, hasta
luego.
Key
disimulaba mirando la calle pero estaba atento a cada palabra que salía de la
boca del rubio y no hacía más que preguntarse con quién estaría hablando. Tal
vez fuese su nuevo novio. Agachó la cabeza y cuando el otro fue a continuar la
conversación le cortó.
-Tengo
que irme, lo siento. Me alegro de haberte visto. –Y se fue con paso rápido,
dejando a un confundido Jonghyun detrás.
Por
la tarde Key había obligado a Onew a vestirse adecuadamente para la ocasión, lo
que le obligó a cambiarse más de veinte veces de ropa hasta que se rindió, le
abrió el armario a su amigo y dejó que él la eligiese. Además tuvo que dejarle
que le peinase y le pusiese un poco de maquillaje. Onew por no discutir
simplemente se dejó.
Cuando
al fin le dio su visto bueno (Onew no hacía más que pensar que no tenía por qué
arreglarse tanto para conocer a una persona con la que solo quería una amistad)
fueron al lugar acordado, una fuente en la entrada de la calle peatonal que con
el paso del tiempo se había ido llenando de tiendas, restaurantes y cafés. Una
vez reunidos elegirían lo que harían.
No
tuvieron que esperar mucho, apenas unos minutos después Key dio un gritito de
alegría, pellizco a Onew quien se quejó y frunció el ceño mirando hacia donde
el otro y le vio.
No
esperaba que el chico al que iba a conocer fuese tan guapo, eso lo dificultaba
todo.
Key
saludó al chico mientras Onew solo miraba desde detrás hasta que ambos se
giraron para mirarle y él tuvo que tragar saliva nervioso.
-Jinki,
él es Yixing.
Esa
sonrisa de hoyuelos adorables le iba a poner patas arriba todas sus ideas.
Continuará...
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