miércoles, 6 de julio de 2011

This is the best day ever - Cap. 3

En el capítulo anterior...

-No te preocupes, que no todo será por teléfono, nene. -Frank se acercó a Gerard y puso su mano en la entrepierna del mayor, apretando, haciéndole cerrar los ojos- Pero aquí no, que hay niños. -Rió y siguió andando, dejando ahí parado a Gerard, como si no hubiese pasado nada.
-Maldito enano... -Frank rió y Gerard le siguió, volviendo a coger su mano.



Capítulo 3:

La semana se les hizo insoportablemente larga. Entre estudios y trabajo apenas pudieron verse nada más que un par de horas, así que estaban deseando que llegase el viernes para olvidarse de todo hasta el próximo lunes y dedicarse el uno al otro.
Frank acababa de llegar a su casa, se duchó para relajarse y se tumbó en el sofá a escuchar música un rato. Pero se le ocurrió algo mejor que hacer. Cogió el teléfono y marcó en número de Gerard.
-¿Si, diga?
-Hola, Gee.
-¡Frank! ¿Qué tal cielo?
-Deseando verte.
-Sólo dime dónde y ahora mismo voy para allá.
-Vente a mi casa. Estoy solo, podemos ver unas películas y tomar algo.
-Me encanta la idea. Hago unas cosas y voy para allá, ¿okay?
-Bueno, aquí te espero. Hasta ahora.
-Chao, Frank.
Gerard fue corriendo a ducharse y arreglarse para ir donde Frank y mientras éste arregló un poco la casa y su habitación, pues tenía la costumbre de dejar todo tirado por el medio.
A la media hora, Gerard aparcó en la puerta de la casa de Frank y llamó a la puerta.
-Gerard, ¡al fin!
-Vamos Frankie, solo hace media hora que me llamaste. -A Gerard siempre le hizo gracia la impaciencia del menor.
-Ya, pero quería verte. -Frank se cruzó de brazos.
-Sí, yo también a ti, pequeño. Apenas nos hemos visto durante la semana. -Se acercó a Frank- Bueno, ¿y se puede saber a qué demonios esperas para besarme?
Frank puso una de sus mejores sonrisas, hizo pasar a Gerard, cerró la puerta y le empujó contra ésta. Colocó sus manos a los lados de la cabeza del mayor y le besó.
Gerard respondió de la misma forma, colocando sus manos alrededor del cuello del otro para acercarlo más a él.
Rozaban sus labios, que ya estaban rojos e hinchados. Se daban pequeños mordiscos y jugaban con sus lenguas, chocando una contra la otra, disfrutando se sus sabores, intercambiado saliva...
Cuando ya no pudieron más se separaron para coger aire, aún con los ojos cerrados, intentando regular su respiración.
-No hay sabor que me guste más que el tuyo, Frankie.
-¿Ni siquiera el del tabaco? -Se reía Frank.
-Mm, vale, sólo hay un sabor que me gusta más que el tuyo. -Los dos comenzaron a reír mientras iban hacia la sala y se tiraban en el sofá.
-¿Estás solo?
-Sí. -Frank abrazó a Gerard por la espalda y le dio un beso en la mejilla. Gerard sujetó sus manos sobre su pecho.
-¿Qué vamos a ver? - Preguntó Gerard echando un vistazo a la pila de películas que había sobre la mesa.
-Tengo una película preparada. -La sonrisa que puso hizo pensar a Gerard que hoy pasaría la tarde con el Frank vicioso y pervertido. Y no le molestaba la idea- No te preocupes, seguro que te gusta. -Le dio otro beso en la mejilla y le guiñó un ojo.
Frank se sentó en el sillón con las piernas cruzadas y la espalda en el reposabrazos, y Gerard se tumbó boca arriba con la cabeza sobre las piernas del otro. Tenía mucha curiosidad por saber qué iban a ver.
-Bueno, allá va. -Frank encendió la televisión.
La película comenzó. Aparecieron dos chicos jóvenes en la pantalla, de la edad de Gerard más o menos. Éste iba a preguntar el nombre de la película pero no pudo decir nada. La voz se le quedó en la garganta y se quedó con la boca abierta.
Los dos chicos habían empezado a besarse y tocarse.
Gerard estaba alucinando. Estiró el cuello y miró a Frank, quien lo miraba divertido.
-Frank, ¿esto es...?
-Porno. ¿Quieres que lo quite? -Una sonrisa lujuriosa por parte de Frank.
-No, veámosla. -Gerard sonreía de medio lado y levantó una ceja.
Continuaron viendo la película. Frank y Gerard no se perdían detalle. De vez en cuando se miraban y sonreían esperando averiguar qué pensaba el otro.
Pronto sintieron que sus pantalones les apretaban. Frank tuvo que moverse un par de veces para acomodarse y a Gerard se le notaba más el bulto por la postura que tenía.
La cabeza del mayor seguía sobre las piernas de Frank, así que notó que llevaba una mano a su entrepierna, por encima del pantalón, sin moverla. Simplemente la dejó ahí.
Gerard se sentó y miró a Frank y luego a su mano.
-¿Qué miras Gee?
-Nada. ¿Necesitas ayuda? -Miró directamente su entrepierna y se mordió el labio.
-Mm, no se.. Tal vez...-Dijo con voz inocente.
La película seguía en la televisión y podían escuchar sus gemidos. Gerard se acercó a Frank y lo besó. Cogió sus piernas, las estiró sobre el sillón y se colocó en medio. Mientras le besaba bajó sus manos hasta la cintura de su pantalón. Acarició la piel que había ahí y comenzó a desabrochar el cierre.
Frank se agarraba a la nuca del mayor. Éste terminó de desabrocharle el pantalón, levantó su cadera y se lo sacó, dejándolo sólo en boxer. Volvió a colocarse entre las piernas del otro y llevó sus manos a la goma del boxer, recorriéndola con las yemas de los dedos. Frank lo miraba mordiéndose el labio. Gerard fue a bajarle el boxer pero se detuvo.
-Gee...
-Chss. Quiero que hagas una cosa. -Se colocó frente a Frank al otro lado del sillón- Quiero que te bajes el boxer tú sólo y te toques. Quiero ver cómo lo haces nene. -Hablaba con un tono de voz tan sensual y una sonrisa tan coqueta que Frank estaba aturdido.
-¿Me tomas el pelo? -El menor se quedó unos segundos paralizado, viendo como lo miraba el otro, quien no se movió ni dijo nada más, dejando claro que no bromeaba, así que lo hizo. Se puso de rodillas sobre el sillón, cogió el elástico del boxer y comenzó a bajarlo lentamente por los lados.
Se lo bajó hasta las rodillas, dejando ver su miembro completamente erecto, hinchado y sonrosado. Gerard sonrió y se mordió las mejillas por dentro.
Durante un momento Frank no hizo ningún movimiento, sólo observaba cómo lo miraba Gerard. Le gustaba ese Gerard que emanaba lujuria y depravación por cada poro.
El menor acercó su mano derecha a su boca, lamió dos dedos y los pasó por su pene, acariciando toda su extensión, despacio, suave, como Gerard le había dicho la otra vez por teléfono, sin el mínimo pudor.
Después de unas cuantas de estas caricias, rodeó su miembro con toda la mano y la movió de arriba a abajo. Unas veces lento y otras más rápido. Se le cerraban los ojos por el placer que inundaba su cuerpo y gemía con voz ronca.
Cuando los movimientos de Frank fueron más rápidos y continuos, Gerard habló.
-No corras nene. Despacio... -Frank bajó el ritmo de nuevo y lo miró a los ojos.
-No p-puedo Gee. Si voy tan despacio me muero.
-Vamos Frank, acarícialo como se merece. -Gerard se removió en el sillón. Sintió que su pantalón iba a reventar, así que lo abrió.- Ahora quiero que lo aprietes.
Frank lo hizo y un fuerte jadeo sonó en la habitación, a la vez que echaba la cabeza hacia atrás.
-Me voy a correr Gerard. -Tenía los ojos casi en blanco.
-No, aún no pequeño. -Por fin se acercó al menor. Sin decir nada, cambió la mano de él por la suya y acarició el glande, empapado de líquido preseminal. Apretó el pene de Frank, alargando el momento. Y entonces bajó su cabeza hasta esa zona y dio una lamida desde la base hasta detenerse en la punta, donde hizo círculos con la lengua. Todo eso era demasiado excitante para Frank.
-Ge-Gerard no puedo más, quítate o...
-Córrete Frankie, quiero probarte todo. -Se metió el pene entero a la boca con un último lengüetazo que hizo que el menor se fuese sin poder esperar más, empapando con su líquido la boca de Gerard y parte de sus mejillas.
-Ahhh, ¡Dios! -Frank cayó sentado sobre sus pies- No te lo tragues. -Tenía la voz tomada. Puso su mano en la barbilla de Gerard y lo acercó a él- Bésame nene.
Gerard, aún con el semen de Frank en la boca, lo besó, compartiendo el sabor.
-Qué rico estás pequeño. Eres mi sabor favorito, muy por encima del tabaco. -Dijo Gerard cuando separaron sus labios, aún con las frentes juntas, recordando la conversación de hace un rato.
Frank sonrió, se levantó acomodándose el boxer y le tendió una manos a Gerard para que se levantase. Echó a andar hasta su habitación con él detrás. Cuando llegaron, empujó al mayor contra la cama, sentándolo en el centro de ésta y él se arrodilló con una pierna a cada lado de sus rodillas.
-Ahora tenemos que arreglar tu problemita, cariño. -Comenzó a rozar sus entrepiernas, haciéndole gemir.
Lo besó, llagando con su lengua hasta la garganta del otro y dándole un mordisco en el labio inferior que le hizo sangrar un poco. Un quejido de Gerard quedó atrapado entre sus labios. Sin dejar de besarlo metió sus manos debajo de su camiseta y le acarició el pecho, haciendo círculos alrededor de sus pezones.
Le sacó la camiseta y dejó sus labios para besar su cuello, lamer el lóbulo de su oreja y comenzar a dejar un rastro de saliva desde ahí hasta su pecho.
Mientras, sujetaba la cadera de Gerard. Le hizo levantarla un poco y bajó sus pantalones y boxer de un tirón hasta sus rodillas y el dueño terminó de sacárselos, quedando completamente desnudo. Frank le mordió un pezón y el mayor jadeó apretando los ojos.
Las manos de Gerard se sujetaban a la cintura del otro y fue bajándolas hasta llegar a sus nalgas y apretarlas. Después le quitó la camiseta tan rápido que casi la rompe y Frank se levantó de la cama, se quitó el boxer y volvió a sentarse sobre las piernas del mayor, más cerca que antes, rozando cada centímetro de sus pieles.
-Hagámoslo, Gerard.
-Frank, estás segu...-Frank puso un dedo sobre su boca.
-Totalmente seguro, quiero hacerlo contigo, mi amor.
A Gerard le brillaron los ojos cuando lo llamó así. El menor se veía tan decidido que se dejó llevar. Lo besó tiernamente, acariciando con una mano su mejilla y con la otra su nuca. Fue bajando esta mano por la espalda de Frank, erizando su piel. Llegó hasta su trasero y lo acarició, rozando su entrada para que Frank supiese lo que haría. Finalmente, introdujo un dedo, poco a poco para no hacerle daño, y lo dejó quieto.
Frank se quejó al principio, pero en seguida se le pasó el dolor, por lo que Gerard se movió, entrando y saliendo despacio, haciendo suspirar al menor.
Cuando el interior de Frank estaba más dilatado introdujo dos dedos, y luego tres, momento en el que se quedó inmóvil por el dolor, aguantando la respiración.
-Pequeño, siento que te duela, pero pronto pasará. Te lo prometo. Respira, cariño.
Frank se confió en lo que le decía, se movió e hizo que los dedos de Gerard entrasen más en él. Se tomó su tiempo y Gerard sólo esperaba y lo veía con ternura.
El sufrimiento de Frank se transformó en placer. Sus sonidos hacían enloquecer a Gerard. Necesitaba penetrar a Frank pero no quería adelantarse y dañarlo.
-Vamos nene, ¡ha-hazlo de una maldita vez!
Gerard reía por el comentario desesperado de su pequeño. Sujetó a Frank de la cadera y lo sentó en su miembro, entrando en él poco a poco.
-Mmm.. -Gerard se mordía el labio, haciendo que sangrase otra vez.
-Ohh, ¡joder! -Frank apretó los ojos.
-¿Te duele mucho? -Gerard seguía dentro de Frank, pero no se movía. El menor negó con la cabeza.
-Muévete, ¡muévete! -Él mismo se movió sobre Gerard.
El mayor tomó la cintura del menor, guiando su movimiento. Se besaron, ahogando los jadeos de ambos.
La velocidad aumentaba y Gerard entraba profundo en Frank, alcanzando ese punto que le hacía clavar las uñas en la piel del mayor.
Estuvieron largo rato así. Frank volvía a estar tan duro como antes, así que fue a llevar una mano hasta ahí para aliviarse, pero el otro lo paró y lo sujetó con su propia mano, aumentando la velocidad de las caricias hasta igualarla a la velocidad a la que entraba y salía de su interior.
-Ahh, sí.. Más rápido nene.
-Frank, me voy a correr ya... -Jadeó sin parar de moverse.
-Hazlo, cariño.
Frank se contrajo, presionando el miembro de Gerard, que no aguantó más y se corrió, poyando su cabeza en el hombro del otro durante un rato.
-Gee, yo aún no...
-Lo sé, mi amor. Y ahora te toca a ti. -Le dijo esbozando media sonrisa y guiñándole un ojo.
Gerard levantó a Frank, saliendo de él lentamente, y se recostó con la espalda apoyada en el cabecero de la cama. Le tendió una mano a Frank y éste se acercó gateando y lo besó. Separó sus piernas y se colocó en medio de ellas, levantando ligeramente su cadera para tener mejor acceso.
Frank acercó dos dedos a los labios de Gerard, quien se los metió en la boca y los lamió a la vez que miraba a los ojos de Frank y sonreía. Después bajó los dedos y los acercó a su entrada. Los introdujo despacio. El mayor cerró los ojos y volvió a morderse. Frank limpió con su lengua la sangre que volvía a brotar de sus labios mientras movía sus dedos dentro de Gerard, que no paraba de jadear.
-Ya, cariño. Hazlo de una sola vez... -Cogió a Frank por la mejilla y le dio un beso.- ¡Ya, ya, ya!
-Y el impaciente soy yo... -Frank resopló pero no pudo evitar soltar una carcajada.
Llevó su miembro hasta Gerard y le penetró con un solo movimiento. Ambos gritaron de placer.
Frank entraba y salía de Gerard, le besaba y le mordía el cuello, dejando algunas marcas.
Ambos gritaban, gemían, jadeaban sin parar.
Cuando Frank se corrió dentro de Gerard, ambos cayeron rendidos sobre el colchón.
-Mi amor, ha sido fantástico. -Gerard besó suavemente la nariz de Frank.
-Si, perfecto. -Hizo una pausa- Gerard...
-Dime pequeño. -Le acariciaba la mejilla.
-Te amo. -Sonrieron.
-Yo también te amo, Frankie. -Y apoyó su barbilla sobre la cabeza del menor mientras se quedaban dormidos sin separarse del abrazo.



Continuará...

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