miércoles, 13 de julio de 2011

This is the best day ever - Cap. 5

En el capítulo anterior...


-Chicos, estoy solo en casa, veniros a dormir allí. -Comentó Frank.
-Si, si, si, ¡y nos montamos una orgía entre los cuatro! -Gritó Mikey.
-Michael, ¡Gerard es tu hermano! -Le contestó Alicia doblada de la risa.
[...]
Entre Gerard y Frank separaron a la otra pareja, ignorando sus quejas. Gerard cogió a Alicia de la cintura y tiró de ella y Frank hizo lo mismo con Mikey. Éste estaba tan borracho que le daba igual a quien besar, pero quería besar a alguien, así que se lanzó a los labios de Frank, mordiéndole el inferior para hacer que abriese la boca y así recorrer todo su interior con su lengua.
[...]
Fueron a casa de Frank y una vez allí siguieron con sus desvaríos y su propia fiesta.



Capítulo 5:

-Bueno, qué, ¿empezamos ya la orgía? -Preguntó Gerard cuando entraron todos al salón de la casa de Frank.
-Bah, si seguro que ni tú ni Mikey os atrevéis a daros un buen beso... -Les retó Frank.
-Ah, ¿no? -Mikey levantó una ceja y se acercó a su hermano con andares sensuales.
Aún con el alcohol corriendo por sus venas, los dos hermanos se acercaron hasta que sus alientos se rozaban y mezclaban. Miraron a sus parejas y volvieron a quedar de frente para terminar de unir sus labios en un beso pasional. Frank y Alicia veían sus lenguas rozándose cada vez que abrían sus bocas un poco más. Y Alicia aprovechó que estaban distraídos para sacar su móvil y grabarlos mientras Frank se reía.
Cuando los hermanos se separaron no podían parar de reír y antes de alejarse Gerard le dio una última lamida a los labios de su hermano pequeño para quitarle los restos de saliba que quedaban ahí.
Los cuatro se tiraron en el sofá. Gerard tenía a Frank casi encima de él y se besaban con ganas, ahogando gemidos provocados por pequeñas caricias en sus miembros, que habían despertado después de todo lo que habían hecho y habían visto. Y Alicia estaba sentada a horcajadas sobre su novio, besándose también y moviéndose en círculos sobre su entrepierna.
-He pensado que quiero a Frank sólo para mí... TODO para mí. -Jadeó Gerard cuando dejaron de besarse. Se levantó del sillón con Frank encima, quien enredó sus piernas a su cintura, y se encaminó hasta la habitación del menor sin separar ni un segundo sus bocas.
Mikey y Alicia ni les miraron, sino que siguieron a lo suyo, ahora con más espacio.
-Tengo una idea mejor Gee. Vamos al baño. -Dijo Frank con la voz rota de placer cuando iban hacia la habitación.
Gerard cargó a Frank hacia allí y éste abrió el grifo del agua y comenzó a llenar la bañera.
Mientras esperaban no desaprovecharon el tiempo y fueron quitándose la ropa, sin parar de besarse y morderse ni un momento, por cada centímetro de sus cuerpos a la vez que se daban alguna que otra caricia subida de tono.
Cuando la bañera se llenó, Frank guió al mayor hasta dentro y le hizo tumbarse, de forma que el agua tapaba casi todo su cuerpo.
Se besaron mostrándose esa necesidad que tenían el uno del otro. Frank comenzó a bajar por su cuello, su pecho y su estómago sin despegar la lengua de su piel ni un segundo. Cuando llegó a su cintura se separó un poco, cogió aire y se sumergió para después llevar el pene de Gerard hasta lo más profundo de su boca, dándole la mejor mamada acuática que podía haber imaginado nunca.
De vez en cuando salía del agua, pero sólo para coger aire y seguir con lo que estaba haciendo, hasta que con un último mordisco sobre la punta, Gerard se corrió en su boca, mezclándose esa sustancia con el agua de la bañera.
Cuando el mayor consiguió reponerse un poco, abrió los ojos que se le habían cerrado solos por el placer y vio a Frank al otro lado de la bañera masturbándose como si estuviese solo en el cuarto.
La visión no pudo ser más tentadora así que se puso de rodillas y se acercó a él.
-Date la vuelta y ponte en cuatro. -Susurró a su oído, y le dio una mordida en la oreja.
Frank no se hizo de rogar e hizo lo que le mandaba. Cómo quejarse cuando se lo había dicho con esa voz ronca y desgarrada por el placer.
Cuando estuvo en posición, Gerard se acercó a él por detrás, rozando su miembro con la entrada de Frank. Quería hacerle sufrir, quería que Frank le rogara que le penetrara. Después de friccionarse un poco, Gerard acercó su boca al trasero del más pequeño y le mordió una nalga, haciéndole gritar, antes de rozar su lengua en su entrada, simulando pequeñas envestidas con ella.
Después que unos largos minutos Frank se moría por sentir al otro dentro de él y se lo hizo saber.
-Vamos, ya, Gerard. ¡Fóllame ya o te la corto!
Y ante esa amenaza y las ganas que tenía Gerard y que le estaban matando, éste se introdujo en Frank de una simple estocada, comenzando un vaivén enloquecedor para ambos.
Mientras Gerard se sujetaba a la cadera de Frank para ayudarse con los movimientos, Frank se mantenía su cabeza apoyada en el borde de la bañera a la vez que se apoyaba con una mano y con la otra se masturbaba frenéticamente.
Finalmente, los dos explotaron en el clímax de un orgasmo bestial. Salieron de la bañeras sin preocuparse lo más mínimo por secarse o taparse y se encaminaron a la habitación de Frank, de nuevo sin despegar los labios, para seguir allí con su ajetreada noche.





Continuará...

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