domingo, 11 de diciembre de 2011

Cap. 39 "Obsesionados con el sexo"

CAPÍTULO 39:


Por la mañana ambos chicos se despertaron con pereza cuando los primeros rayos del sol se colaron entre las cortinas y les pegaron de lleno en el rostro.

Frank se estiró bostezando- Buenos días, Gee.

G- Buenos días, precioso. -Le dio un beso en los labios y se sentó al borde de la cama, dándose cuenta de que estaba desnudo. Una sonrisilla boba apareció en su cara al recordar que había caído en la trampa de Frank.

F- Nos duchamos y nos vamos, ¿no? -Ante el asentimiento del pelirrojo, continuó- Pues podríamos ducharnos los dos juntos...

G- No creas que caeré tan fácilmente otra vez, Iero.

F- Oh, que mal pensado. -Se cruzó de brazos haciéndose el ofendido- Solo era por ahorrar tiempo. -Se encogió de hombros y se puso de pie para caminar lentamente hasta la puerta del baño sin dejar de mirar a Gerard y morderse el labio ante su desnudez.

Iero llevaba solo el boxer rojo que había visto hacía unas horas, mal colocado, lo cual no dejaba nada a la imaginación. Babeaba solo con verle.

G- No quiero pasarme con dolor de polla todo el día, gracias.

Frank volvió a encogerse de hombros, cogió unas cosas y entró a ducharse. Justo entonces Gerard se desplomó boca arriba en el colchón. Sabía que sería difícil resistirse a Frank y sus malditos encantos y no se equivocaba. Parecía que cierta parte de su cuerpo se negaba a ignorarle...

Un rato después Gerard estaba más calmado y Frank salía del baño, totalmente vestido para su suerte, así que entró a ducharse él también.

Cuando al fin estaban listos, recogieron sus cosas y salieron de la habitación para dejar la llave en recepción, donde estaba el mismo chico de por la noche.

Al llegar ahí, el joven los miró de arriba a abajo, relamiéndose los labios.

-¿Qué tal su estadía en el motel? ¿Lo han pasado bien? -Preguntó levantando una ceja.

Gerard y Frank se miraron con complicidad y grandes sonrisas. El menor le guiñó el ojo al pelirrojo.

F- Ha sido alucinante. Pero echamos en falta algo más de compañía... -Se inclinó hacia adelante sobre el mostrador quedando su rostro cerca del jadeante joven.

-Y-yo... emm... yo...

Gerard luchaba por no reírse. Se acercó y abrazó a Frank por la cintura, inclinándose también.

G- Es verdad... Nos sentimos demasiado solos. En esa cama tan grande, donde teníamos que estar muy juntitos para aliviar el frío. Además que fuimos tan tontos de no coger los pijamas de la maleta... -Siguió con la broma con su voz más seductora.

El chico estaba alucinando y su respiración se entrecortaba solo de pensar en él metido entre esos dos imponentes tipos, pieles contra pieles, sonidos sugerentes, sudor...

F- En fin. Nos vamos. Gracias por todo. -Con una última sonrisa dejó la llave en el mostrador y se dio la vuelta.

G- ¿Tienes un cigarrillo? -El joven asintió con la boca abierta y cogió un paquete de tabaco del cajón, ofreciéndole. Gerard cogió un par de cigarros, colocó uno tras su oreja y el otro en los labios, le guiñó un ojo y salió tras Frank, dejando al chico sin poder decir nada aún.

Una vez fuera, el pelirrojo caminó hasta el coche donde ya estaba el otro, riendo por fin y encendiendo el cigarrillo.

G- Eres un cabrón, Iero. -Le dijo al llegar a su lado, echando el humo.

F- Vamos, ha sido divertido. ¿Has visto qué cara ha puesto? -Se puso las gafas de sol oscuras, le robó el cigarrillo que el otro llevaba en la oreja y lo puso entre sus labios para después acercar el que estaba encendido y prenderlo con él.

Dio una larga bocanada aspirando el humo, le dio un beso en la mejilla y soltó el aire.

F-Vámonos.

El resto del viaje pasó igual como las primeras horas, solo que esta vez los silencios fueron menos y se respiraba más felicidad y relajación dentro del coche debido a la ya tomada decisión de Frank.

Tan distraído estaba Gerard con eso, que incluso se olvidó de su dilema sobre informar a Frank.

Y finalmente llegaron a New Jersey.

Lo primero que hicieron fue ir a la casa de los padres de Frank para contarle a sus padres que ingresaría en un centro de rehabilitación.

Cheech no paraba de darle ánimos a su hijo y Linda no dejaba de llorar y abrazar a Frank. Había seguido la carrera musical de su hijo y sabía de su problema con las drogas, ya que no era un secreto para las revistas, lo que la tenía totalmente preocupada. Pero saber que por fin haría algo por solucionarlo la tenía esperanzada.

Cuando iban a dejar la casa de la familia Iero, Linda sujetó a Gerard y le abrazó.

Linda- Muchas gracias por ayudar a Frank. Él te necesita. Siempre te ha necesitado y estoy feliz de que estés a su lado otra vez. Cuídale, por favor.

G- Tranquila, Linda. Haré todo lo que pueda para que Frank salga de esa horrible adicción. -Apretó su brazo y salió tras Frank. Se acercó a él, abrazándole por la espalda y apoyando la cabeza en su hombro antes de hablar. -¿Estás listo?

En algún momento durante el viaje acordaron que cuanto antes ingresase, antes terminaría todo, y qué antes que esa misma noche cuando llegasen.
Además, Gerard parecía tenerlo todo totalmente planeado y acordado ya, es decir, que estaba convencido de que Frank no se negaría.

Por eso habían ido a ver a sus padres.

F- ¿Podemos dar una vuelta primero? -Preguntó mirando al frente, ausente.

G- Claro. ¿Dónde quieres ir?

F- Vamos al parque.

Gerard aceptó y, cogiendo su mano derecha, echaron a caminar en silencio. No hacía falta especificar qué parque. Era "el parque", ese por el que habían paseado largas tardes, en el que se habían sentado a hablar viendo como desaparecía el sol, donde hicieron planes de futuro que no se habían cumplido...

Se sentaron en un pequeño claro rodeado de árboles y arbustos, entre los cuales se filtraban los pocos rayos de sol que aún quedaban.

El silencio se extendió en el tiempo hasta que Frank, que seguía meditabundo, lo rompió de repente.

F- Cuando te fuiste... Creí que todo se había acabado. No podía creer que no fuese a verte por 3 largos años. Fue la primera vez en mi vida que quise acabar con todo.

G- Frank, yo...

F- Lo intenté, ¿sabes? -Le interrumpió- Intenté terminar con mi vida, pero mi madre me encontró a tiempo. Se lo agradezco, la verdad, fui un estúpido. -Gerard no volvió a hablar, tan solo sujetó su mano entre las suyas y aguardó a que continuase- Al salir del hospital volví a encerrarme en mi cuarto como hice cuando lo de Jamia. Pero un día pensé que si tú estabas pasándotelo bien en Italia yo no iba a quedarme lamentándolo toda la vida, así que llamé a Pete y fui con los chicos a una fiesta. Me vino bien salir, verlos de nuevo, reír... Pero también bebí hasta emborracharme y fue entonces cuando me encontré con Jared. -Gerard recordó las imágenes que le habían envidado de Frank con Jared y se tensó- Había estado intentando ligar conmigo toda la noche y cuando me vio me ofreció una raya de coca, ya que se estaba haciendo una para él. Lo único que yo tenía en la cabeza era que quería olvidarte, fuese como fuese, así que acepté. Esa fue la primera vez que consumí y no voy a negarlo, me sentí en las nubes. Mis problemas desaparecieron de repente y por eso cuando Jared me echó contra la pared y empezó a besarme, me dejé llevar...

G- Sé eso... Alguien me mandó unas fotos en las que estabas follando con él. -Dijo secamente y miró entre los árboles. Odiaba recordar esas dos imágenes, sobre todo la que mostraba a SU Frank siendo follado por Jared.

Frank le miró con el entrecejo fruncido, pero no era importante ponerse a discutir sobre quién habría enviado las fotos.

F- El caso es que pensé que con la droga y el sexo la cosa mejoraría.. Pero me equivoqué. Cuando no estaba drogado pensaba en ti. Y cuando me acostaba con cualquiera, pensaba en ti. Y finalmente todo se me fue de las manos. Conocí a James, que tenía buenos contactos y me pasaba coca y me encontré con Jamia. -Hizo una pausa- A partir de ahí ya sabes lo que ha pasado. Cuando te vi entrar en el autobús del grupo con James, quería matarlo, acabar con él para siempre, porque él te tenía y yo no...

G- Pero no hiciste nada por cambiar eso. -Murmuró- Cuando volví y me dijeron que íbamos a vuestro concierto tenía la esperanza de que todo volviera a ser como antes de irme. Pero no. Me presentaste a Jamia como tu "amada pareja" y acabamos a puñetazo limpio.

Ambos chicos se quedaron callados un momento, pensando en todo lo que había ocurrido.

G- Todo esto fue por mi culpa. Nunca debí marcharme. Tenía que haberme quedado contigo y no te habrías enganchado a las drogas y ahora Jamia no estaría... -Antes de acabar la frase se calló. No creía que fuese el mejor momento para decirle sobre el embarazo.

F- Jamia no estaría ¿qué?

G- No estaría, sin más. No habrías vuelto con ella.

F- No fue tu culpa. Tú hiciste lo que tenías que hacer. Te jugabas tu futuro... Fui yo el que tomó malas decisiones. Pero lo importante es que ahora estás aquí. -Se giró hacia el pelirrojo y le miró con ojos brillantes.

G- Gracias por aceptarme de vuelta después de todo esto... No volveré a dejarte. Lo siento por ti, pero nunca más podrás deshacerte de mi. -Añadió en un tono más bromista para eliminar un poco de la tensión que se había creado.

F- Ni loco me desharía de ti.

Frank se puso de rodillas, liberando su mano de las de Gerard, y se arrastró hasta quedar sentado sobre las piernas flexionadas de éste. Acunó su cara en sus manos, mirándolo fijamente a los ojos, y se fue acercando, mezclando sus alientos, hasta sentir la suavidad de los labios del pelirrojo sobre los suyos.

F- Es hora de enfrentar los problemas. -Suspiró. Gerard sonrió, dándole un beso de ánimo, y se levantaron.

Volvieron al coche, montaron en sus respectivos lugares y emprendieron el camino hasta el centro de rehabilitación.

Casi una hora después, en una zona que parecía ser campo, sin casas ni edificios, encontraron un cartel donde ponía: Alina Lodge.

Continuaron por un camino de tierra, mientras Frank se ponía más y más nervioso. Gerard se dio cuenta y puso su mano derecha sobre la pierna de Iero dando un ligero apretón.

Y, finalmente, llegaron a una explanada sin árboles, con un par de edificios bajos y un aparcamiento. Estacionaron y Gerard salió del coche, esperando que Frank hiciese lo mismo. Pero no. Ésta estaba totalmente quieto, mirando a través del cristal delantero, arrepintiéndose de haber tomado esa decisión.

El pelirrojo dio la vuelta al coche y abrió la puerta del menor. Se inclinó tendiéndole una mano y sonrió.

Frank pareció dudar unos minutos y finalmente cerró los ojos para coger aire con fuerza y se sujetó a Gerard con mano temblorosa.

G- Espera aquí. -Le dejó recargado sobre el coche y caminó hasta el maletero para sacar la maleta de Frank. De vuelta a su lado, pasó un brazo por su cintura y le guió al edificio principal.

Gerard sí que tenía todo previsto. La directora del centro (una mujer de unos 50 años, rubia, con el pelo recogido en un moño y de nombre Phoebe) ya sabía que Frank ingresaría, aunque no sabía cuando, y todo estaba listo, papeleo incluido. Pero Frank no tenía la cabeza como para ponerse a pensar en eso.

Phoebe- Bien, señor Iero. -Le llamó la atención, ya que no había dicho nada en todo el rato que llevaban ahí- Nos alegramos de que haya decidido rehabilitarse. Con un poco de ayuda y esfuerzo lo conseguirá. Todos los que trabajamos aquí estamos para ayudarle. Ahora, si no hay nada más que hablar, le mostraré su habitación.

Frank solo pudo asentir con la cabeza, casi imperceptiblemente. Los tres caminaron hasta la calle de nuevo y ahí Phoebe les dejó un poco de intimidad para despedirse.

G- Frankie, todo irá bien, ¿vale? Vendré a verte el fin de semana, en el horario de visitas. Por favor Frank... pórtate bien. -Esa simple plegaria hizo que Frank sonriese, cogiendo fuerzas, al sentirse como un niño pequeño al que su madre le dice que sea bueno.

F- Me portaré bien, mamá. -Se miraron un momento y se abrazaron con fuerza antes de besarse. -Te amo.

G- Yo también te amo.

Y sin más, el pelirrojo se alejó del él, subió al coche y arrancó dándole una última mirada.

Frank suspiró por milésima vez en la tarde y fue con la mujer hasta el otro edificio, de color rojizo. Al entrar había una especie de saloncito, todo de madera, con sillones, una televisión bastante grande en la pared, unas estanterías con libros y algunas mesas y sillas. Siguieron un pasillo amplio y llegaron a otro pasillo perpendicular con dos puertas.

Phoebe- Bien, señor Iero...

F- Frank. -Le corrigió.

Phoebe- Bien, Frank. Tu habitación es la de la derecha. Tu compañero debe de estar dentro. La hora de la cena es a las 9, él te indicará el camino. Mañana a las 10 de la mañana tienes cita con el psicólogo y ya te dirá qué hacer. Su despacho está en el otro edificio. Si tienes alguna pregunta...

F- No, todo está bien por ahora.... Gracias.

La mujer inclinó su cabeza y se despidió del chico.

Frank inhaló todo el oxígeno que pudo y entró en el cuarto. Era una habitación grande, aparentemente vacía. De frente a la puerta había un gran ventanal que daba al bosque. En la pared de la derecha había dos camas con dos armarios. Al otro lado había una zona con sillones, alrededor de una televisión y cerca de éstos, una mesa de comedor con algunas sillas.

La mitad de la habitación estaba bastante desordenada, y suponiendo que esa cama era la de su compañero, dejó la maleta sobre la otra. Se acercó a la ventana y miró el exterior, maldiciéndose a sí mismo por no haber podido solucionar el problema por sí solo y entonces escuchó una voz tras él.

-Vaya, vaya. Frank -sexy- Iero.

El aludido se volteo y encontró a un tipo de pelo largo y barba de tres días apoyado en el marco de la puerta de lo que, imaginó, era el baño.

F- Tú...

-Oh, ¿me recuerdas? Pensé que te tirabas a tantas personas que no me recordarías... -Frank no dijo nada- Así que el famoso cantante de LeATHERMOUTH ha terminado en rehabilitación. Será divertido tenerte como compañero, compartiendo habitación. -Caminó hasta Frank como un cazador sobre su presa- Compartiendo ducha...

Llegó a su lado y, cuando le rozó la mejilla con una mano, Frank se alejó.

F- Ni se te ocurra tocarme de nuevo, Bert McCracken.






Continuará...



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Me alegro de que os gustase el último, pervers >=D

3 comentarios:

  1. dasjkdjsaksd, soy perver, oh sí xd
    Oyeeeeeeee, ah... Bert siempre es el malo. De ahí a que no me agrade él e_e

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  2. BERT? No me lo puedo creer, joder. Para nada me lo esperaba. Toma ya. Con lo que me pone ese hombre, ahora tenerlo de malote va a ser como GRRRRRR.
    Pues que sepas que esto te da mucho juego. Ay, joder, quiero ver el siguiente *-* Me ha encantado que salga Bert.
    AIIIIINS qué monos los padres de Frank :3 Y Gerard... El momento del parque ha sido precioso, ay todo romántico y sensible y jkgalfdsgasdf *--------*
    El chico del motel: LOL Pobre chaval, no me extraña que acabe sudando. A mí me pasa eso y no respondo de mis actos, joder XD Los violo allí mismo, sobre el mostrador.
    Qué más, qué más...
    Me alegra que Frank ya haya ingresado, así se recuperará antes. Pero quiero saber todo lo que ocurre dentro de esa jodida clínica, con el jodido Bert por ahí e.e
    Y qué será de Gerard? D: No había pensado en eso... A ver qué tal las visitas de los fines de semana.
    No sé. Que me encanta, ya lo sabes e.e
    SUBE EL PRÓXIMO *---*

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  3. oh my fucking god!!
    bert!!
    uffffffffffffffffaaaaaaaaaaaaa como has podido dejarme sin palabras, em?? como has podido? malvada xDD
    buenobuenobueno, esto se va a liar mmogollo, otra vez xD o le cambian el compañero o manda huevos pork bert no le va a dejar en paz jajajaja
    madre mia...!

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