martes, 20 de diciembre de 2011

Cap. 41 "Obsesionados con el sexo"

CAPÍTULO 41: DÍA DE VISITAS



Sábado. Por fin.

Frank se levantó con renovadas energías esa mañana.

Los 4 días que llevaba allí encerrado no habían sido fáciles, y no solo por Bert, sino porque cuanto más tiempo pasaba, más necesitaba esas sustancias adictivas que habían formado parte de su vida los últimos años.

Las reuniones grupales le parecían estúpidas. Lo único que hacía era contar cómo se sentía ese día y escuchar las quejas de los demás. Sólo le ayudaban un poco las visitas diarias al psicólogo.
Eso y Bert, que estaba resultando una gran distracción ya que, al tener que estar pendiente todo el día de que Bert no intentase nada raro con él, esquivándole y "discutiendo", lograba olvidarse del malestar que invadía su cuerpo debido a la ausencia de alcohol y coca.

Ese día estaba tumbado en su cama, mirando el techo y cado dos minutos el reloj, esperando que en cualquier comento le avisasen de que tenía una visita. Entonces saldría corriendo y estrujaría el cuerpo de su pelirrojo para después besarle hasta dejarle sin respiración.

Y, tras lo que parecieron horas, alguien llamó a la puerta de su habitación. Como Bert había salido un rato antes (probablemente para encontrarse con cierto italiano que no estaba cumpliendo su tratamiento, aunque Frank no quiso preguntar), al escuchar el golpeteo contra la madera de la puerta, saltó como un resorte hacia ella y abrió encontrándose con una se las "cuidadoras" de la clínica.

-Hola, Frank. -Saludó con una sonrisa.

F- Hola Jen. -Respondió igual- ¿Me buscas a mí o a Bert?

Jen- A ti. Tienes una visita. Está esperando en el salón común.

F- ¡Genial! Gracias.

Y antes de darle tiempo a decir nada más, ya estaba corriendo por el pasillo para ir donde le esperaban.

Al llegar allí vio a Bert en una esquina acompañado nada más y nada menos que por Quinn. Ambos le sonrieron con picardía, haciendo que Frank se sonrojara ligeramente recordando la noches que habían compartido los tres. Se dio la vuelta hacia el lado contrario y pasó la mirada de un lado a otro buscando a Gerard.

Y encontró a su visita, sí. Pero NO era Gerard.

F- ¿Qué haces tú aquí? Pensé que había terminado contigo. -Dijo con pesadez.

Jamia- Hola a ti también. -Como Frank se limitó a rodar los ojos, continuó- Tengo algo muy importante que decirte.

F- Ya. Lo siento, no me interesa. Puedes irte por donde viniste. -Dijo señalando la puerta.

Jamia- No hasta que hable contigo. -Frank resopló cansado y se tiró en un sillón frente a ella pero ligeramente alejado.

F- ¿Cómo has sabido que estaba aquí?

Jamia- Llamé a los chicos de la banda y me lo dijeron.

"Mierda" pensó Iero "se me había olvidado decírselo a los chicos".

Jamia- ¿Qué tal estás? -Preguntó con falsa preocupación.

F- No hagas como que te interesa. Ya que no parece que vayas a irte sin decirme lo que sea que hayas venido a decir... ¿Por qué no me lo dices ya y acabamos con esta "bonita" visita de una buena vez?

Todas las buenas intenciones que Jamia pudiese tener cuando llegó allí se esfumaron. Pensaba darle la noticia de buena manera, pero él se lo había buscado con su desprecio.

Jamia- Es una buena noticia, mi amor. -Dijo en un tono meloso cargado de maldad- ¿Tu amiguito pelirrojo no te lo ha contado?

Frank entonces recordó que Gerard había estado raro los días anteriores. Sabía que le había escondido algo, pero cuando llegó a la clínica pensó que se trataba de que ya tenía todo planeado sin haber contado con él.

Pero algo más se había callado el pelirrojo. Y si tenía la mínima relación con Jamia, no podía ser nada bueno.

F- Habla.

Jamia se mantuvo un momento en silencio, observándole. Se le notaba realmente nervioso y tenso.

Jamia- Estoy embarazada, cariño. Vamos a tener un bebé.

Frank no supo reaccionar y se quedó mirándola largo rato sin hacer el mínimo movimiento ni sonido, hasta que se echó a reír.

F- Vale, Jamia. Tienes un sentido del humor pésimo, ¿sabías? Venga, deja de decir tonterías y vete, estoy esperando a alguien.

Jamia- No estoy bromeando. -Su tono se volvió serio, más de lo que nunca le había escuchado Frank- Estoy embarazada. -Se puso de pie para pararse frente a él, se puso de perfil y se levantó un poco la camisa que llevaba, mostrando una mínima pero incipiente barriga.

La cara de Frank perdió todo su color en ese momento. Carraspeó intentando deshacerse del nudo de su garganta hasta que consiguió hablar.

F- Mira, en caso de que sea verdad que estás embarazada, eso no significa que sea mío. Te has tirado a tanta gente como yo. -Se levantó para ponerse a su altura y la acusó con el dedo- Te has tirado a tantos tíos como yo.

Jamia le miró con rencor y el más puro odio, pero prefirió pasarlo por alto ese comentario.

Jamia- Frank, el bebé es tuyo. Y si no te haces responsable de él te haré la vida imposible. Demostraré que eres el padre y te arruinaré la vida. No creo que exista un juez en ningún sitio que no se ponga de mi lado sabiendo que no eres más que un jodido drogadicto y maricón.

Jamia no había decidido realmente tener al bebé. Aún se negaba a tener que pasar por un embarazo y que después su liberal viva se arruinase por culpa de un criajo producto de un error.
Pero sí estaba totalmente dispuesta a joder la vida de Iero por haberla dejado por ese maldito pelirrojo. Así que, aunque finalmente abortase, nada le impedía mentirle.

F- ¿Quién te crees para hablarme así? -Gruñó entre dientes acercándose amenazadoramente hacia la chica y obligándola a caminar para atrás asustada, intentando alejarse.

Ver a Frank Iero tan cabreado no era normal y de verdad que daba miedo. Sus ojos se habían oscurecido y parecían echar fuego. Aún por eso, la chica no se amedrentó y recobró la compostura.

Jamia- ¿Es lo que eres no? Que estés aquí ingresado y saliendo con ese hijo de puta lo demuestra.

F- ¡¡No te atrevas a hablar así de Gerard!! -Sin darse cuenta le había dado un empujón a la chica haciendo que esta se golpease con una mesa de cristal que había detrás- ¡Tú eres la hija de puta! ¡La peor persona que he conocido en mi vida! Haz con ese bebé lo que te dé la gana pero no cuentes conmigo, y como te vuelvas a acercar a mí o a Gerard, juro por mi vida que acabo contigo. -Terminó con un susurro lo suficiente alto para que ella lo escuchase, terminando de asustarla de verdad.

Jamia- Frankie...

F- No.Me llames.Así. -Siseó cuando ella intentaba solucionar un poco las cosas, que se le había salido de las manos- Lárgate de aquí.

Jamia- Frank, perdona. Este bebé solucionará las cosas entre nosotros. Yo te quiero. -Puso las manos en las mejillas del otro. Frank apartó las manos como si quemasen y golpeó la mesa con el puño, rompiendo el vidrio.

Ante el ruido y los gritos que Frank le dedicaba a Jamia, diciéndole las peores cosas que se puedan imaginar, Bert corrió y sujetó a Iero antes de que hiciese algo de lo que pudiese arrepentirse.

-Señorita, será mejor que se vaya. -Jen había aparecido e intentaba llevársela.

F- ¡¡Eso, lárgate de una vez!! ¡¡No quiero volver a verte, zorra!!

-Por favor, cálmese.

Otros dos "cuidadores", mucho más grandes que Frank, llegaron al salón. Le sujetaron uno de cada lado, apartando a Bert, y le arrastraron hasta un pequeña enfermería.

Allí un doctor, viendo lo agitado que estaba el chico, le hizo tomar un tranquilizante, logrando unos minutos después que dejase de moverse y retorcerse intentando escapar. Cuando se quedó adormilado le curó la mano y se la vendó.
Después, los dos hombres de antes le cargaron hasta dejarle tendido en su cama, en su habitación.

...


No fue hasta algunas horas después cuando un sonriente pelirrojo con gafas de sol aparcaba su coche a las puertas de edificio.

Cuando entró y pidió ver a Frank le dijeron que no debían molestarlo en ese momento, que había tenido una fuerte crisis. Tras intentarlo unas cuantas veces, Jen, que era con quien había hablado, seguía negándose, así que habló con Phoebe, con quien se llevaba bastante bien, consiguiendo su aprobación.

Como acto puntual e irrepetible le permitió ir a la habitación del cantante.

Una vez en la puerta de esta, golpeó suavemente. Su sonrisa había desaparecido, cambiada con una mueca de preocupación por saber qué le había pasado esa mañana.

Al no recibir respuesta golpeó otra vez y esta vez escuchó un "adelante" acolchada por la madera.

Entró despacio y encontró a Frank sentado con las piernas cruzadas sobre su cama, mirando la nada con expresión ausente.

Gerard caminó hasta quedar a un lado de la cama, revisándole de arriba a abajo, viendo su mano vendada.

G- Frankie, ¿qué te ha pasado? -Preguntó en voz baja.

Al escucharle, el aludido le reconoció enseguida, pero no cambió de postura ni le miró.

F- No deberías estar aquí.

G- Me han dado permiso, no hay de qué preocuparse.

F- No lo digo por eso. NO QUIERO que estés aquí. -Por fin le miró, con una mirada fría que provocó un escalofrío recorriese la espalda del mayor.

G- ¿Por-por qué no?

F- No soporto a los mentirosos.

G- Yo no te he mentido en nada, Frankie.

F- Ah ¿no? ¿No me dijiste que no pasaba nada importante, que no tenía por qué preocuparme? Me parece que enterarme de que voy a tener un hijo es suficientemente importante como para preocuparme.

G- Yo...

F- No intentes darme excusas. Vete.

G- No, Frank. -Se sentó a su lado e intentó coger sus manos, pero las apartó- Lo siento, de verdad, pero creí que sería malo para ti enterarte de algo así cuando ya tenías suficiente con el problema de desintoxicarte.

F- ¡No eres quién para decidir por mi! -Se puso de pie enojado, a punto de empezar a gritar- ¿Pretendías que no me enterase nunca de que iba a ser padre? Es de Jamia también, ¡¡pero es mi hijo, joder!! Tengo derecho a saberlo.

G- Tenía miedo de que me dejases para volver con Jamia y hacerte cargo del bebé. -Murmuró agachando la cabeza.

F- Pues tal vez lo haga. -Gerard le miró con los ojos humedecidos- Ahora, vete de aquí.

Gerard permaneció en el sitio esperando que Iero cambiase de opinión, pero se mostraba firme y decidido, así que se levantó lentamente y caminó hacia la puerta, de nuevo con la cabeza agachada.

Cuando traspasó la puerta se detuvo y giró la cabeza para ver al otro.

G- Te amo, Frank, no lo olvides.

Éste no dijo nada, sólo fue hasta la puerta y la cerró, dejando a un derrumbado Gerard al otro lado. Se apoyó contra ella y se dejó caer, escondiendo la cabeza en sus rodillas, oyendo los pasos del pelirrojo que se alejaban.





Continuará...

2 comentarios:

  1. OH MY FUCKING GOD (soy la primera?? ^^)
    es absolutamente bestial! puta jamia xDDDD no se merece nada a frankie, y total si al final decide abortar k cojones le da si frank es feliz con Gee?? en serio k mas da xD
    aiins de verdad y ahora frank se enfada con gerard, siendo k gee solo keria lo mejor para el. siesk la lias parda Mer!!! it's not fear xD
    ahora vendra bert lo vera ahi triste y es capaz de itrarsele encima y el otro estara tan asi asi k se dejara... k cruz.... kiero cap ya xDD sé k soy una impaciente, pero esk me das ganas de leer mas jajaja y mas un tal cual lo has dejado mujer!

    ResponderEliminar
  2. (Quinn es jodidamente mono).
    Frank con Jamia: Ole tus cojones, chaval. Que le follen a esa zorra y que no vuelva a aparecer por tu puta vida. Agg, pero mira que es enrevesada la jodida. Vale, Frank tenía que saberlo, pero ir ahí, sin avisar, y decirle que es un drogadicto maricón es de muy puta. La he odiado.
    Frank con Gerard: Oh, qué mala persona es T.T Vale, tiene razón, pero ha sido demasiado cruel y capullo. Joder, que me entran ganas de darle dos hostias y pedirle que reaccione y que vaya a buscarlo para pedirle perdón y hablar las cosas como personas adultas. Frankie, que nos e puede hablar así en caliente... Sed comprensivos el uno con el otro, que me llevo disgustos T.T
    Poco más.
    Me encanta :)

    ResponderEliminar