miércoles, 28 de diciembre de 2011

Cap. 43 "Obsesionados con el sexo"

ADVERTENCIA: Capítulo HOT, HOT, HOT.



CAPÍTULO 43:


-Hola.

Una voz más que conocida le saludó desde su espalda.

Era sábado, tercera semana que Frank pasaba encerrado en aquel centro, y estaba sentado en un banco de madera cercano a la puerta del edificio de las habitaciones, leyendo un libro.

Al escucharle dejó el libro a un lado y saltó del banco, dándose la vuelta para comprobar que no se equivocaba.

F- Hola. -Respondió entre emocionado y temeroso.

Y cuando habló se dio cuenta de que parecía tonto. Tantas cosas que debía decirle y solo salía de su boca un simple "hola". No pudo evitar bajar la mirada avergonzado y sonreír tímidamente.

El silencio hizo acto de presencia. Ninguno de los dos se atrevía a hablar primero y al final fue Frank quien dio el paso.

F- Pensé que no volverías a visitarme después de todo lo que te dije.

-Fuiste tú quien me dijo que no quería volver a verme...

F- Lo siento Gerard, fui un estúpido. Estaba mal por la rehabilitación y cabreado con la noticia del embarazo y lo pagué contigo. Lo siento, en serio. -Dio un paso temeroso hacia el otro.

G- No te preocupes, me hago a la idea de todo lo que tienes que estar pasando. Y yo no debería haberte ocultado algo tan importante. -Dio también un paso adelante.

F- ¿Por qué no viniste el sábado pasado? Te he extrañado demasiado estas dos semanas... -Añadió en un tono más bajo.

G- Quería darte tiempo para pensar en todo. Así cuando hoy viniese habrías decidido si de verdad quieres irte con ella y el bebé o seguir conmigo.

F- No puedes haberte creído que tal vez volviese con ella... -Gerard bajó la cabeza y Frank se acercó un poco más a él- Gerard, mírame. Nunca, óyeme bien, NUNCA volveré con ella. Solo quiero estar contigo.

Gerard sonrió grande y abrió sus brazos en una muda propuesta que Frank no rechazó.

Sin pensarlo dos veces se refugió en sus brazos y le apretó contra él para que no pudiese escapar, pero esos planes no pasaban si quiera en la cabeza del pelirrojo.

Frank levantó su cabeza, que hasta el momento había estado escondida en el pecho de Gerard, y observó esas esmeraldas que le miraban con infinito amor y ternura. Acercó sus labios y cerró los ojos para unirlos en un beso que los dos ansiaban y necesitaban a partes iguales después de tantos días.

Unos silbidos y risas que se acercaban interrumpieron su momento, haciendo que se alejasen para ver quién montaba tanto barullo.

Y no eran nada más y nada menos que Bert y Quinn (Frank empezaba a sospechar que entre esos dos había algo más que sexo loco y desenfrenado).

Bert- ¿Ya han arreglado sus problemas la parejita? -Preguntó burlón.

Quinn- Qué linda estampa. -Añadió igual.

F- Ya, ya. LARGAOS.

Bert- Oh, qué cruel eres con nosotros. Con todo lo que he hecho por ti estos días. -Dijo con falso tono dolido y la mano en el pecho.

G- Ey tío, gracias por todo. Por la charla y cuidar a mi princesa. -Se acercó hasta él y le tendió una mano que Bert estrechó con la suya.

Bert- No hay de qué. Aunque "tu princesa" -se burlo de nuevo- da mucho trabajo. Tendrás que devolverme el favor.

G- Eso está hecho. -Bert y Quinn se miraron cómplices y sonrieron.

F- ¡EH! ¡Que yo no soy ninguna princesa que necesite una niñera! -Se acercó a ellos enfadado.

G- Claro que sí. Eres frágil y delicado como una linda princesita.

F- ¡No.soy,una.princesa! ¿Quieres ver como de rudo y macho puedo ser? -Preguntó con un brillo travieso en sus ojos. Gerard sonrió ante eso.

Quinn- Uuuuh esto se pone interesante. -Comentó frotando las manos- ¿Puedo verlo yo también?

Bert- ¡Y yo, y yo! -Pero fueron ignorados.

G- Que le peten a mi condición. -Masculló entre dientes- Dios, sí, demuéstramelo. -Pidió acercando el cuerpo de Frank al suyo, sujetándole por la cintura y dejándole notar una incipiente dureza en su pantalón.

Una sonrisa enorme y perversa apareció en el rostro del menor. Le cogió de la muñeca y echó a andar hacia el interior del edificio.

F- Berti, cúbreme. -Le dijo al moreno, guiñándole un ojo y arrastrando a Gerard hacia su habitación.

Cuando llegaron allí, escondiéndose de los vigilantes, ya que estaba prohibido meter a los visitantes en las habitaciones, Gerard cerró la puerta tras él y, sin darle tiempo a moverse, Frank le estrujó contra la puerta, apoderándose de sus labios sin darle descanso.

F- Espera, Gee. Aún tenemos que aclarar unas cosas. -Dijo con la respiración agitada cuando se separaban para coger aire, momento que Gerard aprovechó para besarle, lamerle y morderle el cuello.

G- Ni se te ocurra ponerte a hablar de cosas serias ahora. -Respondió sobre su piel- ¿Te has hecho alguna paja en este tiempo?

F- ¿Qu-Qué?

G- Que si te has hecho alguna paja. ¿Te la has cascado?

F- S-sí.

G- ¿Cuántas veces?

F- Yo qué sé. -Un jadeo le interrumpió cuando Gerard apretó su polla sobre la ropa- Ah... Unas 10, 10 veces.

G- Pues yo llevo más de 3 semanas sin hacerme una sola paja, sin descargarme, y duelen los huevos y estoy que reviento. Me paso empalmado casi todo el jodido día y es por tu culpa. Porque recuerdo tus ojos, tus besos, tus manos, tu apretado culo y tu polla partiéndome en dos. Mierda, me voy a correr sólo de pensarlo. -Añadió mordiéndose el labio hasta casi hacerlo sangrar- ¿En qué pensabas cuando te tocabas? -Frank pareció dudar unos segundos, intentando averiguar que tramaba el pelirrojo, pero contestó.

F- Imaginaba que me besabas hasta casi asfixiarme mientras me ibas quitando la ropa.- Y Gerard le besó y casi arrancó la ropa de ambos.

G- Sigue. -Jadeó.

F- D-después te arrodillabas y rozabas tu nariz contra mi polla, que ya estaría goteando por ti. -Gerard lo hizo y aspiró el aroma a sexo del otro- Entonces me la chuparías poco a poco (mm, sí, así). Te la meterías entera a la boca (joder...) y me la mamarías sin (ahhh) parar, llegando hasta tu garganta. Mientras, llevarías una mano hasta tu polla y empezarías a masturbarte muy despacio. -Un gemido de Gerard le hizo vibrar de arriba a abajo- Me sentiría al borde, me follaría tu boca rápido y f-fuerte hasta correrme y te beberías toda mi leche... -Y con un último grito, eso fue lo que hizo.

G- ¿Ahí terminaba todo? -Preguntó relamiendo los restos de semen de sus labios y mirando el rostro sonrojado de Frank.

F- No. -Respondió con voz ahogada por los estragos del orgasmo- Ahora sería cuando me pones contra la pared y me follas de pie.

Un gemido gutural escapó de la garganta del pelirrojo solo de imaginarlo. Se puso de pie, le besó como si intentase comérselo y le puso de frente contra la puerta de la habitación.

G- ¿Te follabas tus dedos cuando lo imaginabas? -Cuestionó con voz ronca y lamiendo su nuca y frotándose contra su culo.

F- Sí. -Gimió ahogado.

G- Pues hazlo. -Susurró en su oído, mandándole un tirón a su entrepierna, que ya despertaba de nuevo.

Gerard se alejó un paso de él para poder verle. Frank se llevó dos dedos a la boca y los chupó empapándolos, antes de llevarlos a su culo y meterlos uno por uno ante la atenta mirada de Gerard, que se jalaba la polla ante las vistas.

Cuando no pudo aguantar más, quitó la mano de Frank, se arrodilló y le mordió una nalga. Pasó la lengua por la parte baja de su espalda y terminó en su dilatada entrada, donde dio un par de lametones y unas cuantas embestidas con la lengua.

Y al fin se puso de pie, uniendo todo su cuerpo a la espalda del menor, y empezó a introducirse en él. Ambos jadeaban, gemían y suspiraban. Después de tantos años estaban así de nuevo y Gerard se sentía como en casa.

Minutos después, Gerard se corría dentro de Frank, apoyando su frente sobre su nuca, intentando respirar normal. Fue Frank quien rompió el silencio minutos después.

F- Gee, yo aún no termino...

G- Lo sé.

Y sin decir más, se dio la vuelta y se subió al borde de la cama a 4 patas, con el culo en el borde, invitándole.

G- Quiero sentirte dentro, hace mucho desde la última vez y no aguanto más. -Dijo moviendo sus caderas sinuosamente.

Frank se acercó y, cuando Gerard vio que pretendía prepararle poco a poco, le paró.

G- Hazlo ya, estoy listo.

Frank dudó un momento pero aceptó. Se lamió la mano y la pasó por su polla para lubricarla un poco, la cual después colocó en la entrada de Gerard. Le sujetó de las caderas y fue penetrándolo poco a poco.

Una vez dentro se quedó quieto esperando a que el pelirrojo se acostumbrase y dejase de sentir dolor. Y la clara muestra de esto fue cuando Gerard movió sus caderas para sacarse la polla casi entera de entro y volver a hundirla hasta el fondo.

Y ahí comenzó un baile frenético y salvaje que terminó con la corrida de Frank dentro de las estrechas paredes de Gerard y la de éste sobre la colcha de la cama.

Se dejaron caer agotados sobre el colchón boca abajo, Frank abrazando a Gerard por la cintura y la nariz de éste en el cuello contrario.

Cuando la paz inundó la habitación escucharon murmullos y jadeos ahogados en el pasillo.

Frank se colocó el primer boxer que encontró y fue a la puerta. Abrió y allí estaban Bert y Quinn, con la oreja pegada a la madera, por lo que se asustaron cuando ésta desapareció y en su lugar apareció la cara de recién follado de Frank.

Quinn- ¡Ahhh!

Bert- ¡Joder, sí!

Entonces Frank se fijó en que ambos tenían una mano dentro de sus pantalones, la boca abierta y los ojos entrecerrados. Sacaron sus manos y se las chuparon el uno al otro mientras Frank alucinaba con la poca vergüenza que se gastaban esos dos.

F- ¿¡No deberías estar vigilando!? -Medio gritó cuando recolocaron sus ropas.

Bert- Hemos vigilado que nadie os viese venir y ahora estábamos vigilando que nadie se acercase.

F- Si, claro, porque hacerse una paja es lo que se hace en esos caso. ¿Habéis escuchado todo?

Quinn- Todo, todito, todo. -Respondió con voz cantarina.

Bert- No sabes lo cachondo que nos pone escucharos follar. Ojala algún día podamos veros. -Ambos chicos se rieron, aunque lo decía totalmente en serio.

F- Ag, que os den, no tenéis remedio. Y no vuelvas por aquí hasta la hora de fin de visitas. -Le advirtió a Bert y cerró la puerta en sus caras.

G- ¿Han estado escuchando? -Preguntó cuando Frank se desplomó a su lado de nuevo, suspirando.

F- Sí. Son unos putos salidos. -Pero no pudieron evitar reír. Siendo como eran ellos mismos no podían negar que, de haber sabido que estaban en la puerta, habrían puesto más empeño aún en lo que hacían para satisfacer a sus oyentes.

No sería la primera vez que hiciesen algo así. Ya follaron delante de un tío en una fiesta mientras éste se masturbaba mirando. Fue durante el tiempo que estuvieron juntos la primera vez y al saber que alguien los miraba, se ponían más calientes aún.

Pero esa es otra historia.

F- ¿Podemos hablar ahora? -Se sentó y acarició el pelo de Gerard, haciéndole ronronear.

G- Deberíamos, aunque se está tan a gusto así... -Pero, tras un pequeño golpe de Frank en la cabeza y una risilla, se sentó frente a él- Está bien, pongámonos serios. ¿Qué has pensado sobre el embarazo? ¿Te harás cargo del bebé?




Continuará...

4 comentarios:

  1. Que porno coño, y que amor a la vez *.*

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  2. Meeeeeeeeeeee encantaaaaaaaaaaaaaaaa

    Att:MarcianaKilljoy

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  3. Como no subas más capitulos pronto ceo que o voy a morir de la intriga!! por lo que más quieras, por el frerard... Siguee!!!

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  4. Bert y Quinn son la hostia. Quizá no debería pero los adoro. Me ha encantado esa forma de arreglarlo todo. Ha sido realmente satisfactoria, qué quieres que te diga XDDD La escenita ha sido perfecta. Muy, pero que muy hfldsgfhdñagsdfgñsdfjkgsdf. Muy hot, como bien dices al principio.
    Y quiero saber pronto qué va a elegir Frank... Así que ya sabes :)

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