miércoles, 1 de enero de 2014

Hit me baby (OnHo) - Capítulo 4


Key pasó toda la tarde pegado al móvil esperando la llamada de Onew en la que le dijese que se habían cansado de las tonterías de Minho y que por fin le había dejado. Pero esa llamada nunca llegó. Ya de noche empezó a preocuparse así que fue él quien llamó a su amigo, sin obtener respuesta.

Onew estaba muy ocupado disfrutando de la sorpresa que le había dado su novio como para escuchar el móvil. Incluso cuando vio la llamada a la mañana siguiente la dejó pasar, ya llamaría cuando estuviese en casa. Él y Minho tuvieron la oportunidad de seguir disfrutando del balneario unas horas más ese mañana y después fue hora de volver a hacer el viaje de casi una hora hasta casa.

Se despidieron de los dueños del sitio con una reverencia y dando las gracias mil veces porque el tiempo allí había sido muy especial para ambos, algo que siempre recordarían y que les había provocado la ilusión de que todo era perfecto entre ellos. Pero nada es tan fácil y aún tenían que regresar a la vida real.

Nada más salir del balneario las cosas cambiaron. Minho caminó de la mano de Onew hasta la estación de tren y a partir de ahí no volvió a tocarle y la conversación se volvió más tensas porque los dos sabían lo que tocaba: distancia y a disimular que solo eran amigos.

Bajaron del tren y caminaron en silencio hasta donde sus caminos se separaban. Onew se moría por darle un último beso a Minho antes de irse para agradecerle todo lo que había hecho, pero sabía que no podía por lo que bajó la cabeza sin decir nada. Minho notó eso pero no hizo nada, no se arriesgaría a hacer algún movimiento y que alguien le viese y empezaran los comentarios. Así que puso una mano sobre el hombro de su novio, apretó y le miró fijamente antes de darse la vuelta e irse a su casa.

La felicidad de Onew se deshizo. Se había hecho ilusiones con el viaje pero la realidad era esa, una realidad donde su novio casi ni le hablaba si no estaban solos. Sujetó bien la bolsa con las cosas de clase y caminó cabizbajo a su casa. Ese día tampoco llamó a Key, no le apetecía que su amigo le diese la charla diciendo que Minho no era lo que merecía y blablablá.

Llegó a casa, saludó al aire y se metió en su habitación, directo a la cama (sobra decir que la noche anterior no había dormido mucho con su novio desnudo en la misma cama). El móvil sonó sobre su mesilla y solo por costumbre lo cogió para ver quién era.

Te quiero. Nunca olvidaré este viaje

Minho.

Onew cerró los ojos sonriendo de nuevo. Tal vez no estaba todo perdido todavía. Con el móvil sobre el pecho se quedó dormido.

El domingo Minho tuvo partido de fútbol y le dijo a su novio que si quería ir a verle pero el mayor se negó, no quería repetir lo del entrenamiento anterior. En lugar de eso llamó a Key y le invitó a casa para pasar la tarde y contarle lo de la sorpresa. La cara de Key era un poema cuando Onew le contó con pelos y señales dónde habían ido y todo lo que habían hecho.

-Y cuando salimos de allí, en la ducha… -Le contaba el mayor, pero Key le interrumpió.

-Vale, vale. –Agitó una mano frente a su cara para callarle- Me ha quedado claro que lo hicisteis como conejos, no me des más detalles.

-¿Te ocurre algo? Pareces molesto. –Onew le miraba con el rostro ladeado y Key intentó relajar el rostro que había ido tensando según avanzaba la historia.

-Es que soy cotilla pero no necesito saber en qué posturas y cuántas veces lo hace mi amigo con su pareja.  –Se froto la frente con los dedos y suspiró- La conclusión es que has perdonado al idiota de su novio solo porque te ha llevado al otro lado de la ciudad de viaje, donde nadie os conociese para que no sospechasen.

Onew frunció el ceño y miró mal a su amigo.

-Siempre tienes que pensar lo peor de él y criticarle. Tal vez solo le gustase ese sitio o no hubiese uno mejor cerca.

-Ya, claro… -El sarcasmo impregnaba su voz como veneno. Onew se estaba empezando a enfadar de verdad.

-¿Por qué te cae tan mal? No lo entiendo, no te ha hecho nada. Ni si quiera habláis.

-No me hace falta habar con él. Tú me cuentas cómo os va y veo cómo te trata cuando hay gente delante. No es buena persona.

-¡Deja de insultar a mi novio! –Gritó antes de darse cuenta. Respiró hondo antes de volver a hablar bajo la escrutadora mirada de Key- No le conoces, no sabes por qué lo hace. Tiene miedo de que le echen del equipo y no poder cumplir su sueño de ser jugador profesional si se enteran de que es gay. Además que sus padres no lo entenderían y tiene pánico a quedarse solo si sus amigos le dan de lado… -Iba bajando la voz hasta terminar susurrando. Él tampoco quería eso pero sin embargo le daría igual con tal de estar con Minho. Al parecer para su novio no era suficiente estar con él, prefería a todos los demás a cambio de una relación secreta.

Su ánimo volvió a caer, dejándole sumido en sus pensamientos, olvidándose de Key. Éste le miraba sin saber qué hacer. Odiaba ver mal a ese que para él era un amigo tan especial. Si fuese su pareja nunca le trataría de esa manera, todo sería poco para ese chico tan tierno.

Se movió en la cama donde llevaban tirados casi toda la tarde hablando y quedó más cerca de Onew.

-¿Cómo sabes que Minho es lo que quieres si no has probado nada más? –Susurró, sobresaltando al mayor al recordar que no estaba solo.

-¿Qué quieres decir?

-Pues eso… Tal vez tu pareja ideal esté ahí, esperando por ti para cuidarte y mostrarse contigo frente a la gente. –Se acercó otro poco.

Onew miró hacia el otro lado pensando en sus palabras pero no, él quería a Minho y punto. Se giró bruscamente para decírselo a Key pero ya estaban demasiado cerca y sus labios se encontraron. Inmediatamente Key le sujeto del cuello para evitar que se alejase, la cual fue la primera intención de Onew.

Ese beso era distinto, no era como los que se daba con Minho. No se movía, no correspondía, simplemente era Key quien le besaba a él, suave y blandito, con sabor a fresa gracias al gloss del menor.

Onew estaba paralizado con los ojos como platos mientras Key tenía los suyos cerrados, disfrutando de lo que llevaba anhelando tanto tiempo. Cuando se separó, rendido porque el otro no respondía el beso, suspiró y abrió los ojos para mirarle con miedo. Apartó la mano y un silencio incómodo llenó la habitación.

-Onew, lo siento, yo…

-Será mejor que te vayas. –Le interrumpió de forma algo brusca. Key sintió su corazón hacerse pedazos.

-Onew… -El nombrado se levantó poniendo espacio entre ellos.

-Tengo que ir a ver a mi novio. Por favor. –Dijo la palabra novio solo para conseguir que su amigo se fuese y extendió el brazo hacia la puerta sin mirarle.

Key se dio de puñetazos mentalmente, cogió su abrigo y salió de la habitación, dándole una última mirada de tristeza a Onew que éste no le devolvió, más entretenido en el suelo de la habitación.

Por fin solo y habiendo escuchado la puerta principal cerrarse, Onew se tiró boca abajo en la cama y enterró la cara en la almohada.

¿Qué era ese cosquilleo que sentía? ¿Por qué ese simple beso se había sentido tan bien? ¿Por qué le gustaba un beso que no le había dado Minho?

Su cabeza iba a estallar, quería tirarse de los pelos para haber si alguna idea lógica era arrancada de su cerebro, pero en lugar de eso gritó ahogadamente, liberando algo de tensión.

¿Por qué le había besado Key? ¿Sería simplemente para demostrarle que había más personas a parte de Minho o realmente sentía algo por él? ¿Sería él esa persona que estaba ahí esperando por él? Era imposible, Key era independiente, de conquistas rápidas y temporales, no podía haberse enamorado de él. No.

Por su parte Key no había podido llegar muy lejos antes de que las lágrimas que trataba de contener en casa de su amigo (o ex-amigo, ya no lo sabía) escapasen de sus ojos. Lo había estropeado todo, llevaba disimulando mucho tiempo que no pasaba nada pero ahora había besado al chico que le volvía loco y lo había asustado. Le había perdido para siempre, ni si quiera querría seguir manteniendo esa amistad.

Cuando conoció a Onew tenía pareja, un chico un año mayor que él con el que creía que por fin abandonaría su costumbre de dejar a sus parejas en dos días. Pero poco después de conocer a Onew empezó a sentir algo por él y dejó al otro chico a pesar de todo. Intentó ganarse su cariño y poco a poco logar que le correspondiese, sin prisas, llevándole a su terreno. Pero entonces le contó que había empezado una relación con un amigo de la infancia, Minho, y le hundió. Se arrepintió de haber dejado a aquel chico por una causa perdida pero ya no había vuelta atrás, así que se mantuvo al lado de Onew, apoyándole en sus malos momentos con Minho, tratando de hacerle ver que había cosas mejores que esa relación de engaños y mentiras que tenía. Y ahora que Onew parecía estar comprendiendo que un novio no debería actuar como lo hacía Minho, iba él y le besaba, lanzándole a sus brazos otra vez.

Era un inútil, el amor no era para él. Estaba destinado a tener parejas esporádicas y poco más.


Se levantó del suelo, donde había caído en su caminata cuando sus piernas temblaron demasiado, y se limpió las mejillas. No iba a llorar más por un tonto que no se daba cuenta de las cosas. Si Onew quería deshacerse de su amistad no haría nada por impedirlo, solo iría con la cabeza alta y se enfrentaría a lo que fuese necesario como hacía siempre. 



Continuará...

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