domingo, 26 de enero de 2014

Hit me baby (OnHo) - Capítulo 9


Era más fácil pensar en ello sin tener pruebas que escuchárselo decir a alguien y confirmar tus sospechas. Nunca en su vida palabras tan simples y mal dichas le habían hecho tanto daño, ni siquiera la última pelea con Onew le había afectado de esa forma. Ahora sabía la verdad, su novio, su EX novio, se había acostado con Key. En su interior aún guardaba la esperanza de que fuese mentira, que cuando les encontró durmiendo en la misma cama, esa cama donde tantas veces había hecho el amor con su parea, estuviesen haciendo simplemente eso, dormir. Y tal vez solo dormían pero estaba claro que después de marcharse hicieron algo más, algo que solo pensar en ello le retorcía el estómago de dolor.

Su lugar secreto, su escondite, donde eran ellos dos solos, ahora había una tercera persona. Aunque ni eso, seguían siendo dos solo que él ya no estaba dentro, le había reemplazado. Sin más.

Algo se tenía que haber perdido o todo eso no tenía ningún sentido. ¿Jinki nunca le quiso realmente y siempre tuvo a Key esperando o había pasado algo que le había lanzado a sus brazos?

Era cierto que a Onew no le gustaban para nada las condiciones impuestas por Minho para salir juntos, pero no creía que eso fuese suficiente para romper la relación y largarse con otro minutos después. ¿Le había tenido engañado Onew todo el tiempo y en realidad no era como parecía? ¿Dónde estaba el Jinki enamorado, cariñoso y tierno que conocía y quién era aquel que le había echado prácticamente de casa y que se acostaba con el primero que se le cruzaba por delante?

Decepción inundando el pecho de Minho, mezclándose con el horrible dolor de quien se da cuenta de que las cosas no son lo que parecen, que siempre son peores. Además de la furia que quemaba su interior, llenándole de deseos de venganza. Ese golpe que le había dado a Key no le había servido para aliviarse apenas pero no se arrepentía. Al menos así también sufría un algo, más cuando se le hinchase y se arruinase su rostro por unos días.

Pero eso no iba a quedar así. Minho siempre había sido luchador y siempre vencía, no se iba a dejar vencer por alguien como Onew. No dejaría que nadie le viese mal y, cuando su ex volviese a clase, le vería feliz como si no le importase lo más mínimo el fin de su relación, aunque por dentro se estuviese rompiendo poco a poco. Es más, se buscaría a alguien con quien reemplazarle, alguien con quien poder pasearse de la mano por la calle para que todos les viesen.

Choi Minho no iba a arrastrase, iba a buscar la forma de hacer sufrir a la persona que más amaba.






Cuando Onew despertó y aún con los ojos cerrados y palpó junto a él en la cama esperando encontrar a Key, allí no había nadie y el sitio estaba frío. Se restregó los ojos, doloridos por estar toda la noche despierto y llorando y se incorporó en la cama. Tal vez Key se había cansado de aguantarle y cuando se había quedado dormido había aprovechado para irse y poder dormir a gusto en su casa.

Confuso al ver tanta luz en la habitación extendió el brazo buscando su despertador, abriendo los ojos como platos al ver la hora. Eran más de las 3 de la tarde, se le había pasado la hora de la comida, cosa que no se saltaba nunca. Y no había ido a clase. Pero, ¿y Key?

Rebuscó su móvil entre las sábanas y finalmente lo encontró en el suelo junto a la cama, sin idea de cómo había llegado allí. Iba a llamar a Key pero solo necesitó desbloquearlo para ver que tenía un mensaje del chico.

Como no has dormido nada en toda la noche no he querido despertarte para ir a clase. Espero que hayas descansado algo. Esta tarde tengo que acompañar a mi madre a hacer unas cosas pero si me necesitas hago lo que sea por librarme y voy contigo

Un sentimiento cálido invadió el pecho de Onew al leerlo. Definitivamente Key era increíble y al parecer estaba enamorado de él así que tal vez podría… Entonces Minho apareció en su cabeza y la felicidad momentánea se esfumó. Ya no estaban juntos, no debería preocuparse por lo que pensaría Minho pero… Le era imposible no hacerlo, era demasiado reciente como para plantearse si quiera olvidarle. Además, en su interior más escondido aún tenía la pequeña esperanza de que todo se arreglase.

Fuera como fuese, no podía estarse toda la vida lamentándose metido en la cama así que tenía que moverse, hacer algo para dejar de pensar en cualquiera cuyo nombre empezase por M. Quería hacer algo drástico y sabía perfectamente qué hacer para eso.






Al terminar el entrenamiento de ese día, nuevamente sus compañeros le propusieron ir un rato por ahí pero se negó excusándose con que tenía algo importante que hacer.

-¿Has vuelto a quedar con tu amiguito Onew? –Los puños de Minho se apretaron al oírle decir ese nombre con tanto asco pero al momento se tranquilizó. Eso ya no era problema suyo.

-Ese no es mi amiguito ni mi nada. –Bufó frunciendo el ceño.

-Oh, la parejita se ha peleado, ¿eh? –Soltó una carcajada, siendo seguido de los otros dos que estaban a sus lados, sus perritos falderos. Minho se hartó. Bastante tenía con lo que había pasado como para que ese idiota le tocase las narices ahora. Dando unos pasos hacia adelante le cogió de la sudadera y de un empujón le estampó contra la pared, dejándole aprisionado contra ella con cara de mala hostia. Los dos casi de la misma altura mirándose a los ojos, uno con odio y el otro con sorpresa.

-Mira, me tienes hasta las narices con tus tonterías y no estoy de buenas así que cierra la puta boca de una vez. ¿Me has entendido, Yongguk? –Siseó, peligro emanando de sus palabras. Según estaba no le habría importado soltar un puñetazo más, aunque fuese a su compañero y medio-amigo.

-Vale, vale, tranquilo. –Levantó las manos como signo de rendición- Solo bromeaba, tío. –Se acomodó la sudadera cuando Minho le soltó y se dio la vuelta.

-Pues no estoy de humor para tus bromas. Y menos si son sobre él. –La forma en la que dijo “él” le dejó bien claro a Yongguk que sería mejor no nombrarle si quería salir sin una pelea de allí- Me largo.

Y Minho se fue sin más, dejando a los otros tres allí hablando sobre su extraña actitud. El siempre calmado y concentrado Minho parecía fuera de sí y eso no era para nada normal.

Minho caminó con prisa, casi corriendo, hacia la casa de esa persona que esperaba fuese su salvadora. Se conocían prácticamente desde pequeños porque sus padres habían sido amigos desde la universidad o algo así, no le importaba mucho. Y siempre se ayudaban mutuamente en todo, aunque en el último tiempo hubiese acudido a Onew más a menudo.

-Oh, ¡hola Minho! –Saludó con una gran sonrisa al abrirle la puerta, el pelo largo y castaño cubriéndole un poco los ojos- Pasa.

Se apartó de la puerta y caminó dentro, sabiendo que Minho le seguiría. Había mucha confianza ya como para andarse con formalidades estúpidas. Al parecer no había nadie más en casa así que fueron al salón, donde se sentaron uno frente a otro en sillones individuales.

-Wow, qué cara traes. ¿Ocurre algo?

-Tengo que contarte algo importante. -Era la primera vez que iba a decirle eso a alguien y para qué mentir, estaba acojonado por cómo reaccionaría. Aunque siendo quien era... Jugueteó con sus dedos mientras la persona frente a él se inclinaba con las cejas alzadas sin disimular su curiosidad. Minho cogió aire dándose fuerza mentalmente y cerró los ojos. Tenía que soltarlo ya- Ayer rompí con mi novio.

No necesitaba decir más, en esa simple frase ya estaba todo dicho. No hacía falta un “soy gay” o un “eh, me he cambiado de acera”. Todo estaba implícito, se conocían tan bien como para saber al 100% lo que eso significaba. Pero aún así la otra persona no pudo evitar abrir la boca y los ojos hasta que casi se salieron de sus órbitas, alucinado.

-¿N-Novio? –Una risita escapó de sus labios, los cuales tapó con los dedos para no volver a reír en un gesto adorable- Vaya Minho, nunca me imaginé algo así. –El nombrado rodó los ojos. Bueno, al menos no se lo había tomado mal. Si fuese así de fácil con todo el mundo… Aunque no todos eran así de fáciles- Bueno y, ¿qué pasa con eso? ¿Acaso quieres que te consuele o algo? –Se reclinó en su asiento y cruzó las piernas de forma sensual con una sonrisita. Minho se quedó embobado un momento y luego recordó a quién tenía delante.

-Necesito que me ayudes. Él ya está con otro.

-Entonces búscate tu a otro, fácil. –Le interrumpió y Minho le dedicó una mirada enfadada- Perdón, sigue.

-Él ya está con otro y yo quiero que me vea con alguien, que vea que no me importa y que sigo con mi vida. Pero nadie sabe que soy gay así que… -Hizo una mueca mirando el suelo. Tan valiente para unas cosas y tan cobarde para eso.

-Ya veo, entonces lo que necesitas es una mujer con la que darle celos. –El mayor asintió con la cabeza, devolviéndole la mirada mientras se mordía el labio- Pero, ¿por qué yo?

-Tú sabes por qué. –Respondió Minho como si fuese obvio. Y de hecho lo era para ambos.

-Sí, ya. –Sonrió peinando su largo cabello  con los dedos- Pero sabes que si hago esto me deberás una muy gorda. –Le señaló con el dedo, amenazante. El mayor sonrió.

-Claro, haré lo que me pidas.

-¿Cualquier cosa? –Alzó una ceja y pasó la lengua levemente por sus labios antes de echarse a reír, logrando que Minho rodase los ojos de nuevo.

-CASI cualquier cosa. Habrá que negociar.

-Está bien, te ayudaré. –Le tendió una mano para sellar el trato- Ya pensaré qué te pido a cambio. –Minho asintió y le estrechó la mano.

-Vale pues he pensado esto. Mañana… -Comenzaron a planear cómo lo harían, pues no iban al mismo instituto.






Al día siguiente cada uno hizo su camino como siempre, con la pequeña diferencia de que esta vez todos iban solos a clase, ninguna pareja caminaba junta.

Key hizo su camino mañanero con los cascos puestos y la música alta para espabilarse. Minho salió un poco antes de lo normal para no encontrarse a Onew en el punto donde quedaban antes. Y Onew salió exactamente igual que siempre, con la mochila colgada al hombro y un gorro que le resguardase un poco del frío. Caminaba distraído pensando en sus cosas o más bien intentando no pensar en nada cuando, al levantar la cabeza para cruzar una calle, vio a Minho de lejos caminando a cierta distancia por delante del mayor, sin saber que le tenía detrás, y su corazón se paró un segundo.

¿Cómo reaccionarían al encontrarse? Eso era en lo que ambos llevaban pensando todo ese día sin verse.

Key estaba en la puerta del edificio, una bufanda enorme enrollada en su cuello y tapando el lugar donde el día anterior se había estrellado el puño de Minho. No había conseguido taparlo ni con maquillaje y quería matar al de ojos de rana, quien por cierto, pasó por delante de él mirándole de reojo con el más puro odio pero no dijo nada ni sé paró, siguió hasta donde un grupito de amigos esperaba más adelante.

Escasos minutos después Onew llegaba donde Key, intentando centrarse en él y no mirar al chico que estaba unos metros más allá, observándole disimuladamente.

-¡Jinki! –Key sonrió al verle aunque hizo un puchero con los labios al ver las orejas en los ojos del mayor- Ya has pasado la noche sin dormir otra vez. -Comentó en tono de regaño.

-Bueno, ya sabes… -Se mordió el labio avergonzado y se rascó la cabeza nervioso, removiendo un poco el gorro. Key abrió la boca en una perfecta O.

-¿Qué es eso? –Casi gritó, emocionado.

-¿Eh? –Onew miró alrededor sin saber a lo que se refería cuando de repente sintió que le arrancaban el gorro de la cabeza- ¡Eh!

Key se tapaba la boca con las manos y el gorro del mayor. Onew ya no tenía el pelo negro y largo cono antes, liso y formal. Ahora era castaño, con reflejos y desordenado. Condenadamente sexy. Tanto que Key tenía la sensación de estar babeando.

Onew jugueteó con su pelo nervioso de nuevo.

-Bueno qué, ¿cómo me queda? –Los que pasaban junto a ellos se quedaban mirando, el cambio de Onew atrayendo todas las miradas.

-¡Te queda increíble! Guau, de verdad, estás guapísimo. –Dio una vuelta alrededor observando mejor el peinado- Muy sexy, sí. –El mayor le dio un golpe en el hombro, sonrojado.

-Gracias.

Desde el otro lado, Minho no se había perdido ni un segundo de lo que había pasado, a pesar de que sus amigos intentaban hablarle. Cuando vio a Key tan feliz de ver a Onew quiso matarle. Cuando les vio juguetear, quiso matarlos a ambos. Y cuando vio el cambio de look de Onew, quiso matarse a sí mismo.

Joder, lo que había dejado escapar.

Jinki siempre le pareció guapo pero ahora era distinto. Antes al verle veía a alguien dulce, tímido y adorable. Con ese nuevo peinado veía a alguien mayor, sensual, atractivo. Más atrayente todavía que antes. ¿Se habría hecho el cambio para agradar a Key? Mejor no pensar en eso, bastante tenía con mirarle embobado intentando a la vez que nadie se diese cuenta de que no podía apartar los ojos de encima de él. Un empujón en el hombro le sacó de sus pensamientos.

-Vamos a clase, quedan 5 minutos para empezar. –Asintió sin comprender muy bien lo que le decían y les siguió, dedicándole una última mirada a su ex novio. Su mirada se encontró con la de Onew durante décimas de segundo, lo que tardó en cambiar su gesto a uno desinteresado y mirar a sus amigos. Onew suspiro, dejando de escuchar lo que Key parloteaba a su alrededor sobre peluquerías, tintes y demás cosas que le volvían loco.

Es estúpida esperanza que guardaba empezaba a desinflarse al ver la actitud de Minho. Había esperado que al haber estado un día sin verse y sin hablar Minho reflexionase y se diese cuenta también de que habían sido un error y debían seguir juntos. Pero simplemente parecía que no le importaba. Quitando esa mirada antes de entrar en el instituto, durante el resto de la mañana no volvió a mirarle y mucho menos le dirigió la palabra, ni si quiera para disculparse cuando pasó detrás de él y Key camino a la cafetería en el descanso y golpeó sus mochilas.

La cosa no podía ir peor. Aunque siempre que se dice eso, empeora. Y para Onew no iba a ser distinto.

Cuando el horario lectivo terminó y todos salían poco a poco del instituto para ser libres hasta el día siguiente, Onew les vio. Bueno, les vio medio instituto porque no estaban acostumbrados a algo así.

En la acera, junto a la puerta del recinto del instituto, estaba Minho. Y colgada de su cuello una chica de cabello largo y castaño con media coleta, maquillaje sencillo y roja muy ajustada. Minho la envolvía con sus brazos intentando arroparla con su abrigo pues hacía frío y la chica solo llevaba una chaqueta.

Onew estuvo a punto de caer al suelo de rodillas por la sorpresa y el repentino dolor en su pecho pero Key, siempre a su lado, le cogió del brazo y le apretó en mensaje de apoyo, guiándole hasta la calle para ir a casa. Al pasar junto a la pareja, Minho le sonrió a la chica y besó su mejilla, muy cerca de los labios rosados de ella. Onew apartó la mirada,  ardientes lágrimas queriendo salir y Key tirando de él más fuerte para alejarle de allí.

Todo se había perdido, nada se iba a arreglar y él había sido un ingenuo por pensar lo contrario.

Cuando Minho vio que su ex se había alejado lo suficiente sonrió victorioso y volvió a besar la mejilla de quien abrazaba.


-Gracias, Taemin. 




Continuará...




Notas:

Onew antes: 

Onew después: 

Taemin: 

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