jueves, 16 de enero de 2014

Hit me baby (OnHo) - Capítulo 7


El corazón de Onew se detuvo al ver a su novio en su habitación y fue ese momento en el que se dio cuenta de la posición en la que Key y él estaban. El menor abrazaba su cintura y estaba pegado a su costado completamente. Esa fue la razón por la que se quedó dormido, la cercanía y el calor de Key le transmitían seguridad.

Así que cuando Key intentó apartarse de él al ver a Minho en la puerta, Onew sujetó su mano y no permitió que dejara de abrazarle aunque ahora estuvieran sentados. El mayor miraba a su novio con el semblante serio, encarándole y esperando a que se le ocurriese decir algo mientras Key le miraba a él asustado por la reacción del menor de los tres.

Minho tenía tantas cosas en la cabeza, tantos reclamos, que no sabía por dónde empezar, por eso simplemente les miraba más furioso que en toda su vida. Y encima ver que Onew no quería que el otro dejase de abrazarle le revolvía el estómago.

¿Desde cuándo su novio era así y qué había realmente entre esos dos?

-¿Qué cojones está pasando aquí? –Siseó entre dientes. Key se tensó con miedo solo con esas simples palabras.

-Estábamos durmiendo, ¿o no lo has visto? –La voz de Onew era firme y dura, no parecía la misma persona que horas antes apenas podía hablar. Al sentir la tensión en Key sujetó su mano más fuerte.

-Esto es increíble. –Murmuró pasándose una mano por el cuello. Onew se ponía chulo, encima de que era él quien les había pillado juntos en la cama- Os encuentro revolcándoos en la cama y te encaras a mí. ¿Qué mierda pasa contigo? ¡Eres mi novio!

En ese momento se dio cuenta de que Key no debía saberlo y abrió los ojos completamente y se tapó la boca con la mano. Tanto empeño en que nadie se enterase para ahora soltárselo a ese sin más.

-Tranquilo, Kibum sabe que somos pareja. -¿Kibum? ¿Desde cuándo le llamaba por su nombre real? pensaron los otros dos- Bueno, o lo éramos, no lo tengo muy claro.

Minho sintió una punzada en el pecho con eso último.

-¿Có-Cómo? ¿Por qué te estás comportando así? ¿Ya no te importa lo nuestro? –Estaba dolido y era notable en su tono de voz pero Onew no dejaría que le manejase de nuevo, no como hacía antes.

-A quien no le debe importar lo suficiente es a ti pues sólo te empeñas en esconderlo de todo el mundo.

-Jinki, sabes que me da miedo que se enteren y… -Key les miraba alternativamente según hablaban y Minho al darse cuenta se detuvo- ¿Puede irse ese de aquí? Quiero hablar contigo a solas.

Onew negó con la cabeza sin dudarlo a pesar de que Key quería largarse de allí y no acabar metido en una pelea entre los dos.

-Lo que sea que quieras decir lo puedes hacer delante de Kibum. –Remarcó su nombre. Minho volvió a cabrearse y resopló.

- Solo sabes repetirme una y otra vez que podíamos contárselo a la gente y sabes que soy incapaz de hacer algo así. No sé qué demonios te pasa hoy pero estoy harto. –Golpeó la puerta con el puño.

-¡Al fin lo dices! –Se levantó de un salto sonriendo de forma extraña. No era su sonrisa sincera y adorable de siempre, esta daba miedo y Minho dio un paso atrás con el ceño fruncido- Estás harto porque según tú no hago más que seguirte y agobiarte, ¿verdad? Pues nada, puedes irte, no volveré a hacerlo.

Se giró dándole la espalda a su novio y se cruzó los brazos. Toda la fuerza de momentos antes se estaba yendo y estaba a punto de llorar otra vez.

-¿Pero qué dices? –Minho estaba tan extrañado, no entendía nada de lo que estaba pasando en esa habitación. Entonces recordó que había dicho algo parecido en el baño esa mañana y que después de eso no volvió a ver a Onew.

-¡Jinki! –Le abrazó por detrás apoyando la frente en su cabeza y habló más calmado- ¿Todo esto es por lo de esta mañana? Sabes que solo era una excusa, estaban diciendo que si éramos pareja y tenía que desmentirlo. –Onew se giró bruscamente. Las lágrimas caían por sus mejillas pero le miraba enfadado.

-¡Es que somos novios! Y estoy cansado de que me vayas negando por ahí, que hagas ver que no te intereso y que soy yo quien te persigue. Cansado de que hagamos planes y me dejes plantado sin más para irte con tus amigos. –Picaba su pecho con un dedo con cada acusación, casi gritándole a la cara- Esto no es lo que yo quería cuando empezamos a salir. No es lo que necesito… -Susurró.

-¡Pero eres mío Jinki! –Gritó sujetándole por los codos. El mayor los sacudió para soltarse.

-Yo no soy un objeto que puedas poseer, Minho. No soy tuyo, ni de nadie.

La cara de Minho se desencajó, eso cada vez le parecía más el fin de su relación. Pero su orgullo le impedía demostrar lo que sentía de verdad. No dejaría que fuese el tierno y dulce Jinki quien terminase con él, ni de broma.

Soltó una carcajada sarcástica y le miró con una mueca de desprecio.

-¿Y qué dices que necesitas? ¿A ese? –Señaló a Key con el dedo- Pues genial, quédate con él Onew porque yo no pienso decirle a nadie que tengo novio. De hecho no debería de haberlo tenido nunca.

La respiración del mayor se cortó unos segundos en lo que asimilaba sus palabras pero se mostró fuerte (tan fuerte con sus lágrimas le permitían) y asintió levemente con la cabeza.

-Muy bien, entonces ya puedes marcharte. –Extendió un brazo hacia la puerta y sintió la mano de Key en su cintura mostrándole su silencioso apoyo.

-Sí, me largo. Seguid haciendo lo que fuese que hicieses y que seáis felices juntos. –Le dedicó una última mirada de odio a Key y salió, dando nuevamente un portazo. Se fue de la casa sin despedirse de la madre de Onew siquiera, que fue quien le abrió anteriormente. 

En cuanto la puerta se cerró Key se asomó a la ventana del cuarto y esperó a ver a Minho en la calle. Al verle se giró hacia su amigo y susurró:

-Se ha ido. –Onew asintió casi imperceptiblemente y antes de que Key pudiese hacer nada cayó al suelo de rodillas, llorando descontroladamente- ¡Onew!

Saltó de la cama y se arrodilló junto él para abrazarle. Esa escena le recordaba a la de por la mañana y no le gustaba nada, estaba más que harto de ver a su amigo sufrir tantísimo.

-Se ha ido, Key. No ha luchado por nosotros, simplemente lo ha aceptado y se ha marchado. –Apretaba la camisa del menor entre sus puños tan fuerte que parecía que iba a arrancársela- En realidad no le importo…

Key no dijo nada. No comprendía a Minho y dudaba que lo hiciese algún día, pero las pocas veces que les había visto solos parecía que el menor pisaba el suelo por el que Onew caminaba. Sin embargo después de lo que acababa de ver no sabía qué pensar, por lo que simplemente volvió a acaricias a su compañero, meciéndole contra su pecho.

Y así estuvieron por lo que parecieron horas, arrodillados en el suelo y sin apenas moverse, sin separarse ni un momento, en completo silencio. Definitivamente Onew no sabía cómo iba a agradecerle todo esto a Key.

Hasta que el sonido de unos golpecitos en la puerta les volvió a la realidad. La madre de Onew le llamaba para cenar y preguntaba si Minho se quedaría, pues no le había visto salir. Al oír el nombre del que parecía ahora ser su ex novio jadeó angustiado pero se repuso para responder.

-Minho no está, pero Key sí se queda a cenar. –Su madre no preguntó nada, simplemente aceptó y les dijo que bajasen.

-Onew, no es necesario, puedo cenar en casa cuando llegue. –El aludido negó y se puso en pie con trabaja, extendiendo una mano al otro para ayudarle, la cual fue aceptada enseguida.

-Cenas aquí, de momento es lo menos que puede hacer por todo lo que me has ayudado. Gracias Kibum. –El pecho de Key parecía a punto de explotar al volver a escucharle decir su nombre. Se lanzó a su cuello y le abrazó escondiendo el rostro en el pecho del mayor.

-No puedo verte tan mal Onew, sufro mucho por ti, solo quiero verte feliz.

Onew volvía a sentir esas cosquillas en su estómago y una sensación muy cálida en su pecho. Nunca imaginó que esas palabras en boca de Key le hiciesen sentir tan bien.

Con una mano alzó su barbilla y la mantuvo sujeta, intentando sonreír un poco.

-De verdad te agradezco todo esto, no deberías aguantarme. Y llámame Jinki, si quieres. –Sus mejillas se colorearon levemente.

-Jinki. –Le sonrió al mayor y ahí estaban, de nuevo los labios de Onew sobre los suyos durante un segundo que quedaría para siempre en su memoria.

-Vamos a cenar. –Soltó su barbilla, cogió su mano y bajaron a cenar con la familia del mayor. 

A pesar de que Onew intenta fingir que está bien para no hacer más daño a Key, éste sabe que no. Durante la cena Key habla con su familia pero Onew no abre la boca ni una sola vez. Además no cena, todo lo que hace es dar vueltas a su comida y observarla con la mirada perdida, tan perdida como sus pensamientos.

Para que sus padres no se diesen cuenta Key no paró de hablar todo el tiempo, era un suerte que fuese tan hablador y se le diese tan bien distraer y entretener a la gente.

Al terminar volvieron a la habitación de Onew para recoger las cosas de Key e irse a casa. Onew se tumbó en la cama y se aovilló, abrazando sus piernas, mirando con tristeza a su amigo.

Seguía sin decir nada y Key suspiró derrotado al verle así. Volvió a dejar sus cosas donde estaban y se sentó en la cama junto al mayor, llevando una mano a su cabeza para acariciar suavemente su cabello.

-Jinki, ¿estás bien? –Vaya pregunta, ya sabía que no.

-Estoy bien, no te preocupes. –Su respuesta sonó tan falsa como en realidad era.

-¿Quieres que me quede contigo esta noche? –El mayor alzó la mirada con los ojos brillantes.

-¿Te quedarías? –Asintió con la cabeza, sin detener sus caricias, y Onew le abrazó por la cintura escondiendo su rostro en el estómago del menor. Su voz sonó amortiguada por eso- Tendré que venderte mi alma para pagarte por todo esto.

Key rió por el comentario y revolvió el pelo de Onew con cariño.

-Tu alma vale demasiado, precioso. –Eso último lo había dicho sin pensar y para que al mayor no le diese tiempo a hacer algún comentario sobre la forma de llamarle, añadió con tono ligero- Y ahora dame algo para dormir y a la cama, que debes descansar.

Onew lo dejó pasar. Se levantó desganado pues estaba muy cómodo ahí y buscó en sus cajones otro pijama, el cual le lanzó a Key. Éste fue al baño a cambiarse y Onew lo hizo allí mismo, rápido para que no entrase y le viese pero le dio tiempo de sobra ya que Key se tiró al menos 20 minutos en el baño. Cuando salió Onew ya estaba en la cama, arropado hasta el cuello.

-¿Qué hacías tanto rato ahí? –Key sonrió y dejó su uniforme y una especie de neceser sobre la silla del escritorio.

-Estar bello cuesta. Todas las noches tengo que echarme cremas y cosas. –Se metió en la cama y Onew en seguida se acurrucó contra él como si buscase protección. Key le abrazó en respuesta- Siempre llevo un neceser para emergencias.

Onew rió bajito y Key se alegró de volver a oírle reír, aunque no fuese la risa de siempre algo era algo.  Se giró hacia él y apoyó su cabeza en la del otro.

-Hm, buenas noches Kibum. –Susurró medio dormido por el cansancio mental que llevaba encima.

-Buenas noches Jinki. Descansa. –Besó su cabeza y se dedicó a escuchar su calmada respiración hasta que no pudo más y cayó dormido también.





Continuará...

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