miércoles, 30 de noviembre de 2011

Cap. 37 "Obsesionados con el sexo"

ADVERTENCIAS: Contenido explícito de tipo hetero.


CAPÍTULO 37: JAMIA




Por la mañana, Frank se despertó con el sonido del teléfono y la voz de Gerard gritando al contestar y, como la curiosidad podía con él, se acercó a la puerta entreabierta del dormitorio para poder escuchar con claridad.

G- ¡Te he dicho que dejes de llamar aquí!... No, no me interesa... ¡Como vuelvas a acercarte a él te las verás conmigo!... Te avisé ayer, no se te ocurra contárselo... ¡Tú lo único que quieres es joderle la vida un poco más!... No te mereces mi respeto... Mira, me da igual lo que tengas que decir, adiós. -Colgó con un fuerte golpe y entonces Frank salió de la habitación.

F- ¿Quién era? ¿Por qué gritas? -Preguntó asustando al pelirrojo.

G- No es nadie. Nadie importante al menos. -Como la noche anterior, Frank no se lo creyó.

F- Gerard. -Le retó- Era Jamia, ¿verdad? -La única respuesta fue un asentimiento poco seguro- Sé que me estás escondiendo algo, pero si no quieres contármelo está bien. Confío en ti, eres la única persona que me cuida de verdad.

Frank se acercó a él y le abrazó con todas sus fuerzas, mientras Gerard se debatía en su interior entre decirle la verdad, ya que se trataba de su hijo, y no decirle nada para evitar que sufriese más todavía.

...

En otra parte de la ciudad, Jamia sostenía el teléfono con una mano temblorosa y los ojos anegados en lágrimas. Nunca se imaginó que todo eso fuese a suceder.

El último mes había sido el peor de su vida, sobre todo cuando se enteró de su embarazo, lo cual, por miedo, no le contó a Frank. Pero no por miedo a la reacción del chico, sino por ella misma.

Estaba aterrada con la idea de traer un bebé al mundo, no se veía capaz de ello y cuanto más lo pensaba, la idea de abortar cobraba más importancia en su cabeza...

Y todo por una maldita noche hacía mes y medio.

*Flash back*

Frank estaba cada vez peor, cada día consumía más y más y últimamente mezclaba la cocaína con litros de alcohol.

Jamia, al contrario de lo que pensaban los demás, no era una piedra sin sentimientos y estaba verdaderamente preocupada por su novio.

Es verdad que su única intención al estar de pareja con él era aprovecharse de su bondad y su dinero. Por muy mal que se portase Jamia con Frank, éste era incapaz de dejarla o tratarla mal (exceptuando las peleas verbales que de vez en cuando compartían). Pero tampoco le gustaba ver cómo Frank se destruía poco a poco.

Tampoco podría decir que siempre le fue fiel al chico.

Ella sabía que Iero le ponía los cuernos con quien más le apeteciese en el momento, y si creía que no se había dado cuenta de la extraña relación que tenía con James antes de la llegada de ese pelirrojo, estaba mal de la cabeza.
Por eso, Jamia tampoco se quedaba atrás. Varias veces se había escapado por ahí con algún que otro tipo al que luego no volvía a ver. Pero eso se acabó cuando vio tan mal a Frank.

Algo en su interior se removió y le dijo que debía ser mejor persona con él después de todo lo que éste le había dado, así que empezó por serle fiel.

Comenzó a pasar más tiempo con Frank, al menos todo el tiempo que la banda y las fiestas le dejaban libre, pero siempre terminaban peleando porque Frank tenía la horrible costumbre de drogarse delante de ella.

Pero ni su relación mejoró ni Frank dejó las drogas.

Una noche, Jamia esperaba en su habitación de hotel a que Frank llegase del concierto que hacía ya casi dos horas que había terminado, dispuesta a hablar con él y hacerle entrar en razón.

Pero Frank no tenía ganas de eso.

Cuando llegó estaba colocado, como casi siempre. Se le veía descentrado y esquivo, con cero ganas de mantener una conversación seria, así que se fue acercando a ella poco a poco, disimuladamente (mientras la chica no dejaba de hablar y de decirle que debía dejar las drogas) dispuesto a callarla.

Llegó a su lado y se puso tras ella, rodeando su cintura con sus brazos y respirando en su cuello, contestando únicamente suaves "mhhm" contra su oído cuando no la besaba cada trozo de piel que tuviese cerca.

Jamia empezaba a desconcentrarse, a respirar más agitadamente cuando las manos de Iero hacían círculos en su vientre y subían hasta sus pechos para apretarlos y una lengua humedecía su cuello.

La chica dejó de hablar en algún momento que no recordó, pero sentir la erección de Frank contra la parte baja de su espalda le hizo volver a la realidad. Se soltó de su abrazo y se giró para mirar a la cara a un Frank con expresión exasperada.

Jamia- Frank te estoy hablando en serio, joder. Olvida las putas drogas, lo único que conseguirás es matarte.

F- Vamos, no exageres. -Respondió por fin, perdiendo la paciencia- No me apetece hablar de esto ahora... -Con lentitud volvió a acercarse a ella y abrazarla desde alante, sujetando su trasero con las manos.

Jamia- No exagero, solo digo que si sigues así terminarás mal. -Se retorció entre sus brazos intentando soltarse pero Frank era más fuerte- Deberías pedir ayuda y...

La boca del chico tapó la contraria, cansado de la maldita charla que le estaba dando, y rozó su polla contra la chica.

Y ella ya no puede negarse más.

Le daba asco pensar que su novio se revolcaba con todo aquel que se le pusiese a tiro, pero Frank estaba caliente y en sus años de vida aún no había visto una cosa más sexy que Frank Iero cachondo.

Así que se deja llevar y cuando Frank se da cuenta, la acorrala contra la pared y profundiza más el beso, colando las manos bajo su camiseta para darse cuenta de que no lleva sujetador, lo que le facilita la tarea de llegar a sus pezones para acariciarlos y endurecerlos.

La chica gime y su mano derecha se agarra de su cuello para acercarle más a la vez que la izquierda coge su paquete haciendo presión, ganándose un gruñido y un mordisco en el labio.

Frank siente que reventará el pantalón negro tan apretado que lleva, pero entonces Jamia lo desabrocha y lo baja con dificultad, dejando que su polla pegue un salto al sentirse libre por no llevar ropa interior.

Con un rápido movimiento es el pelinegro quien está apoyado en la pared y piensa aprovecharse de eso. Le saca la camiseta a la chica, acaricia su espalda, besa su clavícula y apoya las manos en sus hombros para empujarla hacia abajo, logrando que se arrodille frente a su entrepierna. Ella ya sabrá qué hacer.

Coge la base con una mano y acuna sus testículos con la otra para después lamer toda la extensión de la dura polla y apretarla entre sus labios al tragársela casi entera. Mueve la cabeza de arriba a abajo a la vez que su mano y Frank no puede evitar mover la cadera para llegar hasta el fondo de su garganta, follándose su boca sin demasiado cuidado.

Cuando se nota a punto de estallar, aleja esa húmeda y caliente boca de él y jadea. Ella se levanta para besarle pero antes de hacerlo él la está empujando hacia la cama y besando y lamiendo sus tetas hasta hacerla caer en el mullido colchón.

Lo que les quedaba de ropa va desapareciendo hasta quedar piel contra piel, con Frank encima de la chica, sus dedos dentro de ella y sus lenguas entrelazadas, moviendo sus cuerpos al compás de las embestidas de los largos dedos del chico, sudando, jadeando y encorvando ella la espalda, rozando sus pechos con el torso contrario.

De repente, Jamia se sintió vacía sin los dedos de Frank trabajando en su interior, pero no le dio tiempo a quejarse, pues el chico los hizo rodar quedando ella encima y ordenó con voz ronca y entrecortada.

F- Móntame.

Jamia se sentó a horcajadas sobre su estómago, cogió su polla con la mano y se guió para penetrarse con ella, desplazándose hacia atrás hasta estar totalmente llena de Frank. Éste colocó sus manos en la cadera suave de la chica para ayudarla a mantener el ritmo, arriba y abajo o haciendo círculos sobre él.

Tan sumidos estaban en el placer, el goce y las sensaciones del momento que ninguno pensó en el hecho de que estaban follando sin condón, y menos lo hicieron cuando Frank le acarició el clítoris con saña y ella se movía más rápido, dándose y recibiendo cada cual enormes cantidades de placer, hasta correrse casi al mismo tiempo en una última cabalgada.

Cansada Jamia se desplomó a un lado de Frank. Ninguno dijo nada, sólo se quedaron uno junto al otro y durmieron.

A la mañana siguiente, cuando Jamia se despertó, encontró una nota a su lado donde Frank le decía que tuvo que irse pronto para arreglar unos problemas con los chicos del grupo y que la esperaba en el autobús antes de irse a una nueva ciudad.

La dejó donde estaba y se fue a duchar. Mientras se relajaba recordó cómo su plan de hacer entrar en razón a Frank había fracasado y en su lugar habían tenido la mejor sesión de sexo hasta el momento. Pero tan centrada estaba en lo bien que lo habían pasado que siguió sin darse cuenta del problema...

Los días y las semanas pasaron. 6 semanas exactamente, y Jamia empezaba a sentirse mal. Se mareaba en todos los viajes en autobús y más de dos veces tuvo que correr al baño a vomitar.

Bobbie- ¿Qué te pasa? Estás pálida.

Jamia- Creo que he cogido un virus o algo...

Ed- Deberías ir al médico.

Jamia- Sí. Como nos quedamos aquí dos días he pedido cita mañana en el hospital.

Como les dijo a los chicos, a la mañana siguiente se encontraba esperando en la sala de espera a que fuese su turno para entrar.
Cuando escuchó su nombre siguió a la enfermera dentro de la consulta y se sentó donde le indicaba. Un minuto después un doctor entró, la saludó con cortesía y se sentó al otro lado de la mesa para que Jamia le contase qué le ocurría.

Al escuchar los síntomas y el tiempo que llevaba con ellos, el doctor tenía una clara idea de lo que ocurría, pero no quiso decirle nada hasta estar seguro. Le mandó una serie de pruebas, terminando con una ecografía.
Le hicieron los exámenes en el momento y una hora después estaba en la cafetería comiendo algo y esperando su hora para ir a por los resultados, los cuales eran los esperados por el doctor...

Las palabras "Está usted embarazada, enhorabuena" daban vueltas en su cabeza sin parar, sin terminar de entender lo que eso significaba.
Abandonó el hospital y cogió un taxi hasta la estación de tren más próxima, desde donde viajó a Chicago tras una rápida llamada a Frank informando de que se iba, que se encontraría con ellos unos días más tarde.

El camino hasta Chicago fue el más largo que vivió en su vida, más al estar sola y no dejar de pensar siempre en los mismo: "Está usted embarazada".

"¡Maldito médico! Cómo puede decirme eso y darme la enhorabuena... Esto es una pesadilla." pensaba una y otra vez.

Una vez en Chicago fue a casa de su mejor amiga, Stella, quien siempre la había apoyado y conocía TODA su historia con Frank, incluso la parte en la que Jamia y sus amigos le hacían sufrir en el colegio.

Llamó al timbre y su rubia amiga abrió con una típica sonrisa, pero ésta desapareció al ver el estado demacrado de Jamia, llorando y temblando como nunca antes la había visto.
Le ayudó a pasar y a sentarse en el sofá y escuchó las nuevas noticias cuando Jamia pudo hablar entre sollozos estridentes.

Los siguientes 5 días, Jamia se quedó allí, recibiendo ánimos y el apoyo de su querida amiga, casi su hermana.
Cuando la llamaron para decirle que Frank había tenido una sobredosis y estaba en el hospital, su depresión aumentó, pensando que encima se quedaría sin Frank también, pero aún así no se sintió con fuerzas para salir del protector hogar de la rubia.

Y allí pasó esos días hasta que recibió una llamada diciéndole que la gira quedaba cancelada y Frank había vuelto a Chicago.
Fue entonces cuando se armó de valor y decidió ir a esa casa que ambos compartían..

Pero nunca esperó encontrar allí al pelirrojo novio de James, y menos tan cariñoso y tan pegado a su Frank.

Hizo como si no le importase y estaba dispuesta a contarle a Frank lo que ocurría cuando éste soltó de golpe que debían romper, y entonces el mundo de Jamia terminó de derrumbarse.

Si no veía claro tener un hijo aún teniendo pareja, mucho menos estando ella sola.

Pero fue mucho peor darse cuenta de lo que llevaba pensando y negándose a sí misma durante varios meses: que entre Gerard y Frank había algo demasiado fuerte

Y fue por eso, por el miedo que la invadió, que atacó a Frank con sus palabras, llamándole de nuevo maricón, como ya hizo en el colegio, y tantas otras cosas cargadas de veneno.

Pero al ver salir corriendo a Frank en un estado tan pésimo la hizo sentir culpable y enseguida se arrepintió de todo lo dicho.

*Fin del flash back*

Por eso llevaba toda la mañana llamando, para disculparse y contarle todo a Frank. Pero siempre contestaba Gerard, y éste no estaba dispuesto a dejarle hablar con él, mucho menos a que se encontrasen en persona.

Gerard cuidaba de Frank como ella nunca lo había hecho, y en el fondo se alegraba de eso, él lo merecía...

Pero aún estaba el problema del bebé.
...


Frank sabía que Gerard le estaba ocultando algo realmente importante, ya que se mostraba nervioso, se mordía las uñas y no paraba de rascarse la nuca.

Pero no insistió más por el momento, consiguiendo que el pelirrojo se relajase.

Lo cual no fue una buena idea...

G- Frank, tenemos que hablar seriamente. -Dijo de repente en un tono demasiado serio.

F- ¿De-De qué? -Preguntó, aunque sabía a qué se refería.

G- Fallaste a tu promesa. Y encima ya no fue solo cocaína, también alcohol y pastillas. -Dijo con dureza y Frank bajó la cabeza apenado.

F- Lo siento...

G- No puedes correr a drogarte cada vez que algo malo te pase. Debes ser más fuerte. ¿De verdad quieres dejarlo?

Frank le miró extrañado y se apresuró a responder.

F- ¡Sí! ¡Claro que quiero! Por ti. Por mi. Sé que necesito dejarlo porque me hace mal. Y a ti te hace mal que yo esté así. Mañana iremos a Jersey y todo será mejor. No volveré a consumir, lo prometo.

G- Te habrás dado cuenta de que en esta situación no puedes dejarlo...

F- Claro, por eso iremos a Jersey. Nuestra casa.

G. No, Frank, no me refiero a eso. No podrás dejarlo si tienes la posibilidad de salir a la calle a comprar y todo eso.

F- ¿Qué quieres decir?

G- Tienes que ingresar en un centro de rehabilitación.






Continuará...


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Gracias por el apoyo que aún existe por acá.

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3 comentarios:

  1. Dios, Gerard dijo lo que los otros no pudieron haberle dicho. Es que será mejor que se vaya para allá.. así le duela :'c askjaskasjkas, me encanto el cap♥ Y lo sigo leyendo cada que subes, no comento mucho porque he estado ocupada :_ Pero ya lo haré más seguido :3
    ¡Saludos!

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  2. Vale, vale... No vas a conseguir que Jamia me caiga bien, que los sepas. Quizá todo lo que ha hecho ha sido justificado o lo que sea, pero se comportó como una zorra, que le follen. Debía haber sido más fuerte, como Gerard.
    Que por cierto, qué mono él cuidando al máximo a Frank *-* Y creo que tiene razón. ¡Por supuesto que tiene que ingresar en un centro de rehabilitación!
    La noche de sexo fue genial... Y vale, siento un poco más de compasión por Jamia, pero sigue cayéndome mal XDDD
    De verdad, ha sido genial. Me encanta este capítulo; cómo está escrito y lo que cuenta. Me encanta este fic.
    Espero el próximo, y quiero saber cómo acaba... Así que ya sabes :)

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  3. madre mia!!!! tension absoluta.... al final era cierto, habia una vocecilla en mi interior k gritaba a voces k el bebé estaba ahí...
    centro de rehabilitacion :) tu me entiendes jajaja
    la otra vez dijiste k tenias pensado como acabarlo, y k faltab poco, sinceramente cada vez lo veo mas liado todo.... puffff espero k acabe como mereces :)

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