Capítulo 6:
Key
vio a Onew en la puerta de la cafetería
y sonrió, alzando la mano para llamar su atención y que le encontrase. Pero
cuando el mayor iba a entrar vio que se daba la vuelta bruscamente, siendo
arrastrado por alguien. De refilón vio que se trataba del idiota Minho. ¿Dónde
le llevaría? ¿Por qué Onew no iba con él si le habían dicho que en el descanso
se verían?
Probablemente
hubiese cambiado de idea durante las primeras clases y habría pensado que no le
apetecía mantener una amistad con alguien que podría tirársele encima en
cualquier momento, lo cual no era cierto. Bueno, puede que sí lo fuese y tal
vez Key se moría por echarse encima de Onew en más de una ocasión, pero tenía
un poco de control sobre sí mismo, además de orgullo, y no pensaba ir detrás de
alguien que había dejado bien claro que no estaba interesado en él. Aunque eso
le hubiese hecho pedazos.
Esperó
en la cafetería hasta que el timbre de vuelta a clase sonó y se arrastró
cabizbajo hasta su aula. Onew había preferido pasar el descanso con su novio,
él siempre estaba el primero en las preferencias del mayor.
Cuando
el horario lectivo terminó por fin y llegó el esperado momento de volver a
casa, Minho esperaba entre la gente a que su novio saliese y volvieran juntos,
pues hoy tocaba comer en casa del menor como cada lunes para después compartir
algún momento caliente y despedirse para ir al entrenamiento. Pero los minutos
pasaban y Onew no aparecía por ningún lado.
Un
chico de la clase de Minho que vivía en la misma dirección le vio en la puerta
del edificio y se acercó a él para proponerle volver a casa juntos. Minho echó
una última ojeada al pasillo y aceptó. Ya esperaría a Onew en casa, con la
comida lista y poca ropa encima. Era hora de dejar de ser definitivamente aquel
uke vergonzoso que se dejaba a hacer y convertirse en el seme controlador que
volviese loco a su chico.
Otro
que también buscaba a Onew entre la gente era Key. Había salido al pasillo
cuando aún no había casi gente por allí y disimuló trasteando en su taquilla
hasta que casi todos los alumnos habían salido, pero ni rastro de su amigo.
Era
raro no haberle visto aún. Por lo general no salía muy tarde y además había
visto a Minho esperándole, pero él también se había ido ya y sin Onew, lo que
empezaba a preocuparle. Miró su móvil a ver si el mayor le había mandado un
mensaje o algo diciéndole dónde estaba y luego recordó cómo estaban las cosas
entre ellos. Al ver que efectivamente no tenía mensajes volvió a guardarlo en
su bolsillo, pero de todas formas se pasó por su clase y se asomó a ver si aún
estaba dentro. No había nadie.
Solo
se escuchaba el ruido de profesores recogiendo sus cosas y algún que otro
alumno lento que aún estaba saliendo. Sus pasos le guiaron a través de las
clases que solía utilizar, la cafetería, el baño más cercano… Y por alguna
razón fue a aquella zona del edificio a la que ninguno de los dos solía ir,
donde había otro baño normalmente usado por profesores. Entró en él y no le sorprendió
verlo vacío también, pero cuando iba a irse definitivamente suponiendo que Onew
casi estaría en casa de Minho comiendo (sí, ya conocía sus planes), recibió una
llamada en su móvil.
Era
su madre, preguntando si comería en casa ya que ella tenía que marcharse y su
padre estaba trabajando. Le dijo que ahora iba para allá y que tenía llaves,
que no se preocupase, y volvió a guardar el móvil. Había abierto la puerta y
estaba saliendo cuando una voz entrecortada y tan baja que casi no la escuchó
le hizo volver.
-Key…
Creyó
reconocer la voz así que volvió a entrar y se acercó a los cubículos, mirando
bajo la puerta para buscar los pies que le indicasen dónde estaba. Cuando los
encontró abrió la puerta despacio y el alma se le cayó a los pies al encontrar
dentro a un Onew hecho polvo.
Estaba
sentado en la taza y doblado sobre sus rodillas, con el pelo tapándole la mayor
parte del rostro y abrazándose a sí mismo. Su espalda se sacudía y unos
sollozos casi silenciosos le indicaban que era porque estaba llorando.
Sin
pensarlo ni preguntar nada Key se tiró al suelo frente a él y le abrazó con
fuerza, acunándole entre sus brazos. Onew empezó a llorar aún más fuerte y se
aferró a la chaqueta de su uniforme como temiendo caerse si se soltaba. Key
simplemente le abrazaba y peinaba su cabello despacio. Se moría por preguntarle
qué había ocurrido aunque se imaginaba quién era el culpable pues siempre era
el mismo.
Onew
se fue tranquilizando poco a poco pero no se soltó de él, ni siquiera cuando
sus sollozos desaparecieron casi por completo. El silencio llenaba el lugar
hasta que Key no pudo soportarlo más y le alzó el rostro con cuidado.
El
mayor tenía los ojos completamente rojos e hinchados, sus mejillas estaban
empapadas y tenían marcas rojizas en ellas y sus labios tenían un par de
heridas, probablemente de habérselos mordido para no hacer ruido mientras
lloraba. A saber cuánto tiempo llevaba ahí llorando para estar así.
-Onew,
¿qué te ocurre? –La preocupación era palpable en su susurro. Sus dedos
acariciaban la mandíbula del mayor, que desvió la mirada intentando no volver a
llorar- ¿Minho…? -Simplemente asintió y en su cara se veía que no podría
contener el llanto mucho más- ¿Qué te ha hecho? –Al ver su ropa descolocada
abrió los ojos con terror- ¿Te ha hecho algo? ¿Ha intentado forzarte?
-¡No,
no! –Onew negó rápido con su cabeza- No es nada de eso… -Su voz estaba ronca y
apenas se le oía.
Key
apretó el puño de su mano libre deseando estamparlo en la hermosa cara de Minho
hasta dejarle irreconocible. Pero no dijo nada, su amigo ya estaba demasiado
mal y solo necesitaba apoyo.
-¿Qué
ha ocurrido? –Onew volvió a morderse el labio y los dedos de Key los
acariciaron suavemente para hacer que lo soltase y no se dañase más. El mayor
volvió a mirarle tras ese gesto, suspiró y habló por fin.
-Dos
de sus amigos llegaron mientras estábamos aquí dentro así que salió y me dijo
que esperase a que ellos se fueran. –Volvió a mirar el suelo y algunas lágrimas
brotaron otra vez de sus ojos, las cuales Key limpió con los dedos mientras
seguía hablando- Ellos le dijeron que pasaba mucho tiempo conmigo, que
parecíamos pareja, y entonces… entonces él les dijo que era culpa mía, que me
había vuelto muy dependiente de él y que estaba cansado de tenerme siempre
encima y… -Nuevos sollozos atragantaron sus palabras así que Key volvió a
abrazarle, besando su cabeza.
-Pero
eso no es nuevo, Onew. Siempre dice cosas así para disimular. -Onew alzó la
cabeza bruscamente con el ceño fruncido y el dolor en sus ojos.
-Esta
vez sonaba diferente, parecía que de verdad pensaba todo lo que estaba diciendo
y que se había olvidado que yo estaba aquí. –Miró a los ojos a Key- ¿De verdad
soy así? ¿Soy agobiante? ¿Tú también te has cansado ya de mí?
Key
sintió que su corazón se estrujaba al ver lo que esa persona tan especial
estaba sufriendo. Puso un dedo sobre sus labios callándole para que no siguiese
diciendo esas cosas.
-Por
supuesto que no. Cualquiera sería feliz teniéndote a su lado. –Se estaba
declarando de forma indirecta y su cuerpo temblaba- Yo nunca me cansaría de ti,
Onew.
Los
ojos del mayor brillaron ligeramente mientras le escuchaba sin apartar la
mirada de él ni un segundo. Su corazón latía más rápido de lo normal por lo que
estaba el otro le decía.
-Tú
nunca me harías daño, ¿verdad? –Susurró acercando su rostro al de Key. El menor
tragó fuerte y no pudo evitar bajar la mirada a sus labios un segundo, antes de
negar con la cabeza como respuesta.
Lo
que Key no se esperaba era que Onew le besase. Fue solo un ligero roce de sus
labios pero sirvieron para sentir cosquillas en su estómago y que su corazón
intentase salírsele por la boca. Pero no era momento para alegrarse por algo
así, no cuando era palpable que su amigo seguía estando mal.
Suspiró
y se puso en pie, tendiéndole una mano a Onew para que se levantase.
-Vamos
a casa.
Ninguno
de los dos dijo más. Onew siguió al menor hasta uno de los lavamanos y se echó
agua en el rostro para intentar disimular un poco sus recientes lágrimas. Pasaron
por la clase del mayor para recoger sus cosas y salieron del edificio caminando
uno junto a otro en silencio hasta el lugar donde sus caminos se separaban.
-Key…
-El aludido le miró para que continuase hablando- ¿Te vendrías a mí casa?
–Habló avergonzado- No creo que pueda estar solo hoy.
El
menor sonrió con ternura, apartando el cabello del otro de sus ojos, y asintió.
Onew hizo un intento de sonrisa que no llegó a serlo y sin pensarlo cogió la
mano de Key y volvieron a sumergirse en el silencio hasta llegar a casa. No
había nadie, sus padres estaban trabajando y no habían preparado comida porque
sabían que los lunes no comía nunca allí, así que Key se ofreció para preparar
algo mientras Onew se cambiaba y se ponía cómodo.
Cuando
la comida estuvo lista rebuscó en los armarios hasta dar con una bandeja y
colocó las cosas ahí, subiendo con ello al cuarto de Onew. Al entrar se le
encontró sin camiseta delante del espejo, mirando un par de marcas que tenía en
la clavícula probablemente provocadas por la boca de Minho.
El
odio y los celos volvieron a bullir en su interior.
Onew
al darse cuenta de que no estaba solo se puso la camiseta corriendo pues odiaba
mostrar su cuerpo, sólo lo había hecho con Minho. Se sentaron en la cama uno
frente a otro con la bandeja sobre las rodillas de ambos y comieron sin hablar
apenas.
Onew
no sabía cómo le iba a agradecer a Key que estuviese allí dándole apoyo y que
encima hubiese hecho la comida. No se merecía un amigo así, menos si encima
cuando lo único que hacía era molestarle con sus problemas con Minho.
Los
pensamientos del mayor iban de su agradecimiento a Key a un nuevo sentimiento
que creía en su interior hacia él y de ahí a su amor por Minho y al dolor que
le había causado esa mañana con sus palabras, y por culpa de esa mezcla de
pensamientos y sentimientos sus ojos volvieron a aguarse y las lágrimas mojaron
sus mejillas otra vez.
Al
darse cuenta, Key apartó la bandeja dejándola en el suelo y se sentó a su lado
pasando un brazo por sus hombros y acariciando sus mejillas tratando de quitar
las lágrimas.
-Onew,
me mata verte así.
-Lo
siento, Key. –Balbuceó entre lágrimas. Su respiración se estaba agitando mucho
y sus manos, que estaban a ambos lados de su cuerpo, temblaban sin control. Estaba
al borde de un ataque de ansiedad.
Key
se asustó y le hizo recostarse sin dejar de acariciarle ni un momento, pasando
los dedos por su rostro, su cuello y sus brazos y de nuevo hacia arriba,
acompañándose de palabras dulces.
Los
ojos de Onew se cerraron y su respiración recuperó poco a poco la velocidad
normal hasta volverse lenta y acompasada. Se había dormida bajo las manos
tranquilizadoras de Key. Éste se quedó mirándole unos minutos sin dejar de
acariciarle.
Fue
a apartarse al verle calmado y profundamente dormido pero el mayor se revolvió
y susurró entre sueños “no me sueltes”
así que no lo haría. Acarició esos labios tan dulces que le habían besado unas
horas antes; un beso salado bañado por las lágrimas. Se recostó a su lado y sin
darse cuenta se quedó dormido, con la frente apoyada en el hombro de Onew y un
brazo alrededor de su cintura.
Minho
esperó y esperó a su novio en casa. Había preparado el salón para comer los dos
mientras veían la tele y charlaban sobre esa la alfombra tan mullida en la que
luego podrían hacer muchas otras cosas. Pero Onew no llegaba y él tendría que irse a entrenar pronto.
Probó
a llamarle por teléfono pero el móvil de su pareja estaba apagado, lo que
también era muy extraño. Sin ser consciente de ello llegó la hora del
entrenamiento así que fue al campo de fútbol sin poder sacarse la preocupación
de la cabeza. Si no recibía noticias suyas en ese rato, iría a su casa a ver
qué ocurría.
Debieron
de pasar varias horas cuando el ruido ocasionado por la puerta de la habitación
al ser cerrada con fuerza les despertó a ambos. Había poca luz y les costó
acostumbrar sus ojos a la oscuridad mientras miraban alrededor buscando la
razón de ese ruido.
Minho
estaba junto a la puerta con las cejas tan fruncidas que parecían una sola y
los nudillos blancos por la fuerza con la que apretaba sus puños. Si las
miradas matasen, esos dos que se abrazaban sobre la cama ya estarían muertos.
Continuará...
Wow me encanta. Apenas descubri ezte fic y es increible aunque no me gusta ver sufrir a onew solo espero que ya sea con key o con minho-si cambia de actitud obviamente- sea muy feliz al final.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste ^^ El pobre Onew tiene que sufrir mucho todavía. Espero que sigas leyendo y gracias por comentar :3
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