martes, 6 de septiembre de 2011

Cap. 10 "Obsesionados con el sexo"

En el capítulo anterior...

G- Michael, mira, te presento a Andrea.

Mikey se volvió hacia ella con una enorme y dulce sonrisa en su rostro que derretiría a cualquiera.

Mikey- Encantado, Andrea. Yo soy Mikey. -Le dio dos besos sujetándola con una mano de la cintura mientras ella respondía un casi inaudible "igualmente".

[...]

G- ¿Te gustan? -Preguntó con una gran sonrisa.

F- Me encantan. Muchas gracias. Te quiero Gee.

G- Yo también te quiero, enano. -Le dijo revolviendo su cabello.

Durante unos minutos ninguno despegó la vista del otro, perdidos en la profundidad de sus ojos.

Era una sensación extraña. Algo que uno no había sentido nunca y el otro sintió una vez pero no quería volver a sentir.

Así que, sumergidos en sus propios pensamientos, despegaron sus vistas miraron al frente mientras encendían otro cigarro.




Capítulo 10:


*Narra Mikey*

Andrea. Solo la he visto un momento y parece que ya la conociese de toda la vida. Creo que esta chica tiene algo especial...

¡Ag, tiene razón Gerard! A veces soy tan romántico que llego a creerme que el amor a primera vista existe.

Cuándo aprenderás Michael James Way, luego pasa lo que pasa. Además, si es amiga de Gerard, seguramente sea como él. O tal vez haya tenido algo con él... ¡No quiero pensar en eso!

Pero es que esta chica tiene algo que... Michael, atiende, que te está hablando.

Mikey- Perdona, ¿qué decías?

Andrea- Digo que podíamos quedar a comer o a tomar algo un día, ¿no te parece? -Me dijo con un tono de voz bajo, con timidez.

Cómo iba a negarme a verla de nuevo.

Mikey- ¡Claro! Me encantaría verte de nuevo. -Le sonreí sincero y ella me respondió igual.

Andrea- Genial. Tengo que irme ya. Te doy mi número y quedamos ¿vale?

Yo solo asentí con la cabeza, sin quitarme aún la sonrisa de bobo de mi cara. Me dictó su número, lo apunté en mi móvil y le hice una llamada para que ella también tuviese el mío.

Se despidió y cuando me iba a dar un beso en la mejilla para irse, nos movimos hacia el lado contrario y me dio un pequeño beso en los labios.

Ambos nos sonrojamos un poco y después Andrea se marchó.

¡Esto puede funcionar!

*Narrador normal*

Los días pasaban, el cumpleaños de Frank quedó atrás, nadie volvió a comentar nada de aquel trío... Ni mencionaron aquel extraño sentimiento que Frank y Gerard habían conocido mientras se miraban a los ojos.

Ambos habían pensado sobre ello. Mucho. Pero, cada uno por su lado, llegaron a la conclusión de que había sido una extraña mezcla entre el alcohol y el momento.

Y así lo dejaron.

G- Vaya, vaya, ¿dónde va la parejita?

Los hermanos Way estaban en su casa y cuando el mayor de ellos bajó al salón se encontró con que Mikey iba a salir de allí acompañado por Andrea.

Andrea- Nosotros no-no somos pareja. -Respondió bajando la cabeza con vergüenza y ¿pena?

Mikey- Bah, que diablos. Quería preguntártelo cuando tuviésemos más intimidad -Le dirigió una mirada matadora a su hermano que sólo se hizo el loco y siguió atento a lo que su hermano decía- pero en fin -cogió aire- ¿Quieres ser mi novia?

Andrea no se lo pensó ni dos segundos y se lanzó a los brazos de Mikey, que la recibieron encantados, y dando pequeños besos en su rostro respondió.

Andrea- ¡Si! Claro que sí. ¡Sí! ¡Sí! ¡Siiii!

Mikey reía mientras abrazaba más fuerte a la chica y Gerard sólo miraba la escena enternecido y contento por su hermano.

G- Bueno, chicos, por fin. -Se acercó hacia ellos- Enhorabuena. -Y les pasó los brazos alrededor, sin que ellos se soltasen.

Mikey- Si, vale, gracias Gerard. Pero ¿puedes irte para que bese tranquilamente a mi NOVIA?

Gerard se echó a reír y antes de irse le dio un golpecito a su hermano en la cabeza.

Allí se quedó la pareja y el mayor de los Way decidió irse de casa para no molestarles más.

Es verdad que siempre que tenía la oportunidad, la aprovechaba para joder a su hermanito, pero esta vez no quería, porque estaba realmente feliz de que al fin Andrea y él hubiesen dado ese paso.

Que él no quisiese nada serio con nadie, no significaba que no entendiese que Mikey sí quisiese.

Porque él no quería nada serio con NADIE, ¿verdad? No, claro que no... Se repetía a sí mismo una y otra vez.

Una vez en la calle sacó el móvil del bolsillo de su pantalón vaquero y llamó a Frank, pues era el que más probablemente estaría libre.

F- ¡Hola!

G- Hola Frank. ¿Estás ocupado?

F- No. ¿Qué ocurre?

M- Mi hermano me ha echado de casa. -Al otro lado del teléfono se escuchó la risa estrepitosa del menor- Por fin se ha decidido a pedirle salir a Andrea.

F- Oh, vaya, me alegro por ellos. Pues... Si quieres vamos a dar una vuelta, no se me ocurre otra cosa.

G- Por mí está bien. Paso a buscarte con mi coche, ¿vale?

F- Okay, aquí te espero.

Way se subió a su coche y arrancó de camino a la casa del enano.

Cuando llegó, Frank estaba en la puerta fumando un cigarro tranquilamente. Al ver el coche sonrió, apagó el cigarro y entró en el coche.

F- ¿Qué hay, Gee?

G- Buenas enano. ¿Alguna idea de dónde podemos ir?

F- Mmm ¿te importaría acompañarme al centro comercial del centro? Quiero comprar algo de ropa.

G- Está bien. Y me ayudas a elegir algo nuevo para mí también, que últimamente vistes muy... sexy. -Le guiñó el ojo.

F- Claro, puedo hacer que seas más sexy aún. -Sonrió de lado y pasó la lengua por su labio inferior antes de encaminarse al coche y entrar por la puerta del copiloto.

Por el camino pusieron la música a todo volumen y básicamente lo que hicieron fue dejarse la garganta cantando las canciones de sus grupos favoritos, dirigiéndose la palabra entre ellos sólo para comentar algunas cosas sobre música.

Cuando llegaron al centro comercial comenzaron a recorrer pasillos y pasillos viendo las tiendas desde fuera hasta que encontraron una cuyo escaparate le gustó mucho a Frank, así que entraron en ella.

Era una tienda pequeñita pero con ropa de su estilo, camisetas de grupos de música o con frases chulas, muñequeras, cinturones de tachuelas...

Gerard estuvo un rato dando vueltas entre las cosas hasta que Frank llamó su atención desde el otro lado de la tienda.

Cuando el mayor se acercó, Iero tenía un montón de ropa en sus brazos.

F- Toma, esto es para ti, creo que he acertado con tu talla.

Le tendió el montón de su brazo izquierdo, donde había un pitillo negro con un par de agujeros en las rodillas, un pantalón vaquero desteñido, una camiseta negra con un dibujo a color de los Rolling Stones y una chaqueta vaquera.

F- Venga, pruébatele y me lo enseñas. Yo voy a probarme esto también.

Se metieron cada uno en un probador, uno a lado del otro y se mostraron la ropa que iban probándose.

De repente, la cortina que tapaba el probador de Gerard se abrió, mientras éste estaba sin camiseta y abrochando su pantalón.

G- Ey, ¿qué haces?

F- Es que ya he terminado con mi ropa, y según me vestía se me ha ocurrido algo... ¿Alguna vez te la han mamado en un probador? -Cuestionó acercándose peligrosamente al otro.

G- Mm, no, y no estaría mal.

F- A mí tampoco. Y como he visto que este probador es grande... ¿Sabes cuál es mi número favorito? -Sonrió travieso.

G-Seguro que el mismo que el mío.

Gerard dejó de abrocharse el pantalón y llevó sus manos hasta la cintura de Frank para acercarle hasta él.

Sus labios quedaron unidos, igual que casi todo su cuerpo, pues se apretaban tanto como podían el uno contra el otro.

Frank desabrochó su propio pantalón y lo bajó un poco junto con su boxer. Cogió la mano derecha de Gerard y la llevó hasta su ya dura polla.

Gerard sonrió sin dejar el beso y mordió el labio de Iero donde el piercing, tirando de él como si quisiese arrancárselo.

Comenzó a mover su mano mientras con la otra se bajaba también su pantalón y su boxer y no tuvo que hacer más, pues la mano de Frank fue hasta allí al momento.

Intentando no hacer demasiado ruido para que no les llamasen la atención, Gerard fue arrodillándose poco a poco y llevando a Frank con él hasta recostarle en el suelo boca arriba.

Dejó su boca y creó un camino con su lengua desde su barbilla hasta su ombligo mientras se colocaba sobre él pero con la cabeza hacia el lado contrario.

Y al mismo tiempo, pasaron la lengua por la entrepierna del contrario y engulleron sus pollas con si de un dulce se tratase.

Ayudaron sus movimientos con sus manos y ahogaron sus gemidos contra el miembro del otro, haciéndolos vibrar de placer.

Tras un rato de diversión y lujuria desbordada, terminaron a la vez manchando sus bocas y parte de sus mejillas.

Despacio se sentaron uno frente al otro, calmando sus sentidos y se miraron.

F- Tío, estás manchado. -Dijo riendo y señalando un lado de su boca.

G- ¿Y crees que tú no? -Respondió alzando una ceja.

Frank gateó hasta Gerard, quedándose de rodillas entre sus piernas flexionadas.

Sujetó su rostro con ambas manos y se acercó a lamer los restos que manchaban su piel. Way hizo lo mismo y se volvieron a enredar en un beso, esta vez más tranquilo.

Cuando se separaron para respirar, las manos del menor seguían sujetando su cara, las mejillas de ambos estaban sonrojadas y los ojos brillantes.

Otra vez el sentimiento de aquel día en la fiesta, pero 10 veces más fuerte.

Cuando Frank se dio cuenta, soltó rápidamente a Gerard y se levantó. Acomodó su ropa y se dio la vuelta, quedando de espaldas.

F- Vamos, paguemos. -Y salió sin voltearse.

Gerard se quedó extrañado un momento y después se levantó para terminar de vestirse, coger la ropa y salir.

Él también había sentido eso, pero en ningún momento lo vio como algo malo. Aún no sabía muy bien de qué tipo de sentimiento de trataba. Amistad, quizá cariño. Pero lo que tenía claro es que no era algo malo.

Cuando llegó a la caja para pagar, Frank ya había terminado y le esperaba apoyado contra el mostrador, pero mirando hacia fuera del local.

Gerard se compró todo lo que Iero había elegido para él. De verdad tenía buen gusto y buen ojo para la ropa.

Pagó y se acercó al otro.

G- ¿Nos vamos?

F- Sí. Tengo que irme a mi casa ya. ¿Me llevas?

G- Claro. Vámonos.

Caminaron hasta el coche sin volver a decir nada. Frank iba unos pasos más adelante y esperó a que Gerard abriese el coche para meter las bolsas en la parte de atrás y sentarse él alante.

Gerard hizo lo mismo y arrancó, comenzando el camino a casa del enano.

Durante el camino Iero solo miró por la ventana y Gerard se concentró en conducir, desviando de vez en cuando su mirada hacia el otro.

Cuando llegaron, Frank susurró un "adios" antes de abrir la puerta, pero Gerard le detuvo sujetándole del brazo.

G- Frank.

F- ¿Qué? -No se giró para mirarle.

G- ¿Qué te pasa?

F- ¿A mí? Nada, ¿por qué?

G- No sé, estás raro desde lo de los probadores.

F- Am, pues no pasa nada, solo estoy cansado, ya sabes... -Se giró y sonrió, pero no era una sonrisa del todo sincera.

G- Está bien, como tú digas. ¿Nos vemos mañana?

F- Em... No sé si podré, te aviso. -Salió del coche, cogió sus bolsas y se asomó por la ventanilla delantera- Adiós, Gee.

G- Adiós, Frank.

Cuando el menor entró en su casa, Gerard se fue a la suya, pensando en todo lo que había pasado en la última hora.

Frank estaba raro y eso estaba claro, por mucho que intentase negarlo. Y lo que sea que le pasase tenía que ver con él, con Gerard, así que tendrían que hablar quisiese o no.








Continuará...






¿Opiniones/críticas? ^^

5 comentarios:

  1. uuoo I like it xD
    sigue!!
    Apuesto a que Frankie esta asi por miedo a enamorarse de Gee y que le haga lo mismo que Jamia (¬¬)

    ResponderEliminar
  2. *O* Tia eres la hostia. sin palabras

    ResponderEliminar
  3. No digo nada... Me encantó, sólo eso *Speechless* :X

    ResponderEliminar
  4. tsssss siempre igual!! aparte de pervertida, jajaj me a encantado! pero jooo pobre frank, pienso igual k la Monster (kien sera? ironiaaaaaa)k el pobre no kiere enamorarse pork le da miedo k le jodan, como le hizo jamia, peor no sabe k gee esta igual de enamorado!! y esto lo van a tener k ablar,ee.... jajaja ver si se arregla todo y acabam ya juntitooos

    y k suerte tiene andrea!! jajaja

    ResponderEliminar