miércoles, 5 de octubre de 2011

Cap. 19 "Obsesionados con el sexo"


Capítulo 19: Noticias.



Dos días más pasaron y llegó el quinto de Frank en su estado de inconsciencia sin un solo cambio en su organismo, ni para bien ni para mal. Cosa que hizo que los médicos que llevaban su "recuperación" terminasen de perder todas las esperanzas que tenían en que el chico desertase.

-Señores Iero, ¿puedo hablar con ustedes? -El médico que había acompañado a su hijo desde que ingresó salía de la habitación de éste después del último estudio realizado, y por su cara, no con buenas noticias.

Linda y Cheech se acercaron a él con la preocupación tatuada en el rostro, esperando escuchar cualquier cosa proveniente de ese hombre.

-Ya han pasado 5 días desde que nos vimos en la obligación de sedar a su hijo y sigue en el mismo estado, ni un solo cambio en este tiempo. Creemos, es más, sabemos casi al 100 por 100 que si su hijo no despierta en las próximas horas, caerá en un coma profundo del que dudamos pueda despertar algún día. -Les explicó.

Frank padre abrazó más fuerte a su mujer, que sentía cómo su cuerpo pesaba cada vez más y más.

Cheech- ¿No se puede hacer nada? -Preguntó con voz rota, dispuesto a aferrarse a la más mínima esperanza.

-No, lo siento. Todo depende de su hijo. Parece como si de verdad no quisiese despertar más. -Hizo una pausa y suspiró. A pesar de que esas conversaciones las tenía casi a diario con otras familias, nunca se le hacía fácil cuando observaba el dolor y la tristeza en sus caras- Las últimas horas son cruciales. Esta noche le realizaremos un nuevo estudio y entonces sabremos cuál es el futuro que le espera al joven Frank.

Sin decir mucho más, se despidió de los padres que intentaban no derrumbarse en mitad de aquel pasillo de hospital, y volvió a sus tareas con los demás pacientes.

...

Lejos de allí, Gerard empezaba un nuevo día con el ánimo por los suelos.

Después de hablar con su hermano, por millonésima vez en 5 días, sentía que las esperanzas de que Frank despertase iban desapareciendo segundo a segundo de su cuerpo.

Se sentía la peor basura del mundo por haberle dejado. Nunca debió irse de Nueva Jersey y la culpa, cada vez mayor, le comía por dentro.

Nunca se le pasó por la cabeza que pudiese a llegar a sentir algo tan fuerte con alguien, menos si repasamos su "vida sentimental", si es que puede llamarse así. Pero con Frank fue diferente.
Fue la primera persona de la que se enamoró y si no llegase a despertar nunca, él sería capaz de terminar con todo de una vez por todas, pues el sufrimiento no habría servido para nada.

Ese día fue a un par de clases pero no se sintió lo suficientemente concentrado para comprender nada, a pesar de tener a Sheila a su lado, traduciendo y ayudándole con todo lo necesario. Además de apoyándole y dándole ánimos totalmente sinceros. Apenas conocía al pelirrojo de unos días atrás, pero no soportaba verle sufrir de esa manera tan cruel.

Cuando se dio cuenta de que solo estaba perdiendo el tiempo, decidió irse e intentar despejarse un poco en cualquier otro lugar de la ciudad que no estuviese abarrotado de gente.
Recogió sus cosas, se despidió de Sheila y caminó sin un rumbo fijo.

El día, totalmente soleado y cálido, parecía burlarse de su estado depresivo.

Finalmente llegó hasta su residencia universitaria sin darse cuenta, así que subió a su cuarto, tiró las cosas al suelo, se tumbó en la cama mirando el techo y soltó un largo suspiro.

A su mente llegaban recuerdos de todo lo vivido con Frank. Cerró los ojos y sintió como si lo reviviese de nuevo.

*Flash back*

Sólo habían pasado un par de horas desde que Gerard y Frank habían hecho el amor por primera vez y aún podían sentir las recientes caricias y la tibieza y humedad de los besos compartidos.

Estaban en la cama del menor, aún desnudos, abrazados y con las piernas enredadas, sumidos en el mejor sueño de su vida.

Cuando Gerard despertó, lo primero que vio fueron unos ojos claros que lo miraban llenos de ternura, haciendo que una enorme sonrisa apareciera en los dos rostros cuando sus miradas chocaron.

G- Ojala despertase así todos los días. -Dijo con voz somnolienta aún, estirando sus labios para alcanzar los de Frank y rozarlos.

F- ¿Cómo? ¿Desnudo? -Bromeó y Gerard sonrió de lado.

G- Además de eso. Me gustaría que al despertar lo primero que viese fuese a ti, enano pervertido. -Le mordió la punta de la nariz y una risilla escapó de la boca de Frank.

F- Gracias por todo. Te amo. -Susurró.

G- Yo te amo más.

Y empezaron una discusión a ver cuál de los dos ganaba, que terminó con un enfrentamiento cuerpo a cuerpo bajo las sábanas, por segunda vez en el día.

*Fin del flash back*

Una lágrima escapó de su ojo derecho sin poder evitarlo y rodó por su mejilla hasta llegar a la almohada.

Le echaba mucho de menos y deseaba poder chasquear los dedos y aparecer al lado de Frank para decirle cuanto lo sentía y cuanto lo amaba, aunque éste no pudiese responderle.

Pero les había prometido a su madre y su hermano que se quedaría en Italia y solo regresaría si pasaba algo.

Los recuerdos seguían atormentándole.

*Flash back*

Al fin llegó el día en que cumplieron su primer mes juntos y Gerard tenía una sorpresa preparada para Frank.

El día de antes habló con Linda y acordaron que ella se iría de casa por la mañana para poder preparar su regalo.

Gerard se presentó allí a las 9 de la mañana, sabiendo que Frank no despertaría hasta, mínimo, una hora después.

Una vez allí, intentando hacer el menor ruido posible, dejó una serie de notas en la casa que Frank encontraría al levantarse y preparó un gran desayuno que sirvió en la mesa de la amplia cocina.

De repente, el teléfono de Frank comenzó a sonar y se despertó asustado por el ruido para buscar el aparato entre el desorden de su cuarto. Al final lo encontró en el suelo, cerca de la puerta. Era una llamada del propio Gerard, pero antes de cogerlo, se dio cuenta de que, pegada al teléfono, había una nota.

Buenos días, nene.
Espero que hayas dormido bien y hayas soñado conmigo.
Deberías vestirte antes de bajar, así que ve al armario.
Gerard.

Una gran sonrisa ocupó la cara de Frank y, como decía la nota, fue hasta el armario. Lo abrió y se encontró una cajita roja con chocolates y otra nota.

Espero que te gusten los chocolates.
Vístete y ve al salón.
XOXO

Frank eligió ropa de su armario, se lavó la cara y los dientes en el baño contiguo a su habitación, se vistió y fue donde le indicaba el papel.

Allí, sobre el sillón había un pequeño ramo de pensamientos (1) morados y amarillos y otra nota más. Olió las flores y leyó el papel.

Tardas demasiado.
Hace rato que te espero en la cocina y estoy
desesperado por besarte y desearte
un feliz primer mes juntos.

La sonrisa del chico creció si es que era posible y, literalmente, salió corriendo hacia la cocina, de donde salía un perfecto aroma a comida y café recién hecho.

Apoyado contra la encimera se encontraba Gerard, cruzado de brazos.

En cuanto Frank entró a la cocina, sus miradas se encontraron y se acercaron en milésimas de segundo para sellar sus labios en un hermoso beso.

Cuando se separaron, Frank se giró hacia la mesa y le dio las gracias a Gerard una y otra vez antes de sentarse los dos para comer. Gerard en la silla y el menor sobre sus piernas, compartiendo pedazos y bocados de todo lo que pillaban.

*Fin del flash back*

Nuevas gotas de agua salada corrieron por sus mejillas y se regañó a sí mismo por recordar esas cosas, pues sólo le hacían sufrir en momentos como ese.

Cuando estaba por quedarse dormido, su teléfono móvil comenzó a sonar y vibrar dentro de su bolsillo, asustándole.

Sin fijarse en quien llamaba, aún con los ojos cerrados, se llevó el móvil a la oreja y contestó.

G- ¿Quién llama?

Mikey- ¡Gerard! Soy yo, Mikey.

G- ¿Qué ocurre? -Preguntó sin ganas.

Mikey- ¡Se ha despertado! ¡¡Frank ha despertado!!

Los enrojecidos ojos de Gerard se abrieron completamente y se aguaron de alegría a la vez que la pesadez que sentía en su pecho desde días atrás disminuía al saber que su Frank había despertado por fin. Se sentó al borde de la cama y preguntó.

G- ¿Qué tal está? ¿Sigue habiendo peligro? ¡Háblame Michael! -Le gritó desesperado.

Mikey rió al otro lado del teléfono- Tranquilo, tranquilo. Él está bien. Los médicos dicen que ya está fuera de peligro.

G- ¿Le has visto? ¿Has hablado con él?

Mikey- Me estás volviendo loco con tantas preguntas. -Los dos hermanos rieron. Gerard sincero por primera vez desde la noticia de la hospitalización de Iero- Sólo nos han dejado verle 5 minutos. Pero de verdad, está bien.

Gerard suspiró aliviado y siguió hablando con su hermano otro rato sobre Frank para terminar hablando de cualquier cosa y bromeando de nuevo, cosa que ambos echaban de menos.

...

Y por fin, tras liberarse de esa presión que le había acechado durante casi una semana, los días en la universidad fueron mejorando poco a poco, haciendo nuevos amigos, comenzando proyectos y aprendiendo italiano gracias a Sheila, su profesora personal/psicóloga.

Guardando siempre una parte de su tiempo para hablar con su familia y sus amigos americanos y, sobre todo, para preguntarle a Mikey por Frank.






Continuará...






(1) Los pensamientos en inglés se llaman Pansay, así que imaginad por qué elegí esas flores.

2 comentarios:

  1. SISISISISISISISISISISISIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
    *---------------------*
    Bienvenido al mundo enano pervertido! :'D
    Aisn, no me lo puedo creer...
    He de decir que los flshbacks me han parecido preciosos y que a mí me gustaría que me hicieran algo parecido a lo que le hizo Gerard a Frank por su mes juntos *O* Qué romántico.
    ¿Qué más decir? Es que... JKGSAJSDFSDG. Estoy tan happy de que Frank se haya despertado... <3Me alegro muchíiiiisimo de que todo empiece a ir mejor y de que Gee se integre y todo eso :)
    Ya sabes que me encanta y blah, blah, blah....
    Sube pronto e.e
    Love, Sheila. (xDD)

    ResponderEliminar
  2. Últimamente no tengo nada que decir e.e Me dejas así sin palabras.. askjsak :'c

    ResponderEliminar